Un final terrorífico.

El Tour 87, ya bastante movido hasta ahora, alcanza hoy uno de sus puntos clave: la vigésima etapa, con final en el terrorífico Alpe d'Huez. Cuando se habla de que las montañas del Tour son otra cosa, muy distintas a las de la Vuelta a España, por ejemplo, basta con recordar L'Alpe d'Huez. Son 12,5 kilómetros de ascensión, con 21 curvas para romper el ritmo, si es que las rampas de hasta el 11% no lo rompen ya del todo. Antes, como calentamiento, otros dos puertos de primera categoría (Alpe d'Huez es especial), uno de segunda, otro de tercera y dos más de cuarta.