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LA SUERTE CONTRARIA

22 pueblos expedientados por organizar encierros taurinos sin garantías

Los alcaldes ceden ante las presiones de peñas y vecinos y no respetan el reglamento

, Dieciocho personas han resultado heridas de gravedad este verano en los encierros organizados en 53 de los 179 pueblos de Madrid. Algunos de ellos sufrieron el riesgo que asumían. Pero otros se jugaron la vida sin estar rodeados de las condiciones mínimas de seguridad que exige el reglamento. El año pasado, un joven murió en Torrelaguna (2.500 habitantes) al ser corneado como un pelele durante casi un minuto -algunos toreros han muerto tras un envite de apenas unos segundos- sin que nadie le echara un capote. No había dobladores (toreros o banderilleros contratados para auxiliar en las cogidas), pese a que el novillo le embistió en la mismísima plaza de toros. Este año, un hombre quedó parapléjico en El Álamo (3.000 habitantes) cuando le enganchó el toro. Y tampoco estaban allí los capotes.A principios de la temporada, el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad congregó a 70 ayuntamientos de la región. El encuentro había sido convocado para orientar y asesorar a los municipios en la organización de festejos taurinos. Sobre todo, se hizo hincapié en las medidas de seguridad y control de los encierros. Según Pedro Mora, director de este organismo, habla que transmitir que la cultura taurina y la tradición no admiten aberraciones. Durante la reunión se difundieron las multas de 1992. Entre los 18 ayuntamientos sancionados se encontraban los de Aranjuez, Alcalá, Valdemorillo, Paracuellos, Parla y Cadalso de los Vidrios, que son los que tienen la multa en firme, tras rechazarse sus recursos o renunciar a ellos. La Delegación del Gobierno no ha facilitado el resto de los nombres, al no estar concluido el trámite. El municipio más severamente castigado ha sido San Martín de la Vega (6.600 habitantes): 3.300.000 pesetas por permitir que dos vaquillas perecieran ahogadas en un mar de espuma dentro de la plaza de toros.

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Los ayuntamientos tomaron nota de las normas y prometieron respetar íntegramente cada capítulo del reciente reglamento. En Algete (10.000 habitantes) se suspendió el toro de los mozos; en Daganzo (1.684), las carreras de las reses en el campo; en Cercedilla (4.000), la becerrada de las mozas; en Colmenar de Oreja (5.200), el toro de fuego; en San Sebastián de los Reyes (54.000) y Humanes (8.200), el encierro infantil, y en San Martín de la Vega (6.600), la vaquilla de la espuma. También suspendieron sus encierros Getafe (140.000 ha-

bitantes), Valdemoro (18.000) y Villamanrique del Tajo (600). En Torrejón (85.000 habitantes), se anunciaron multas de 60.000 pesetas para los menores de 18 años que corrieran ante los artados.

Llegan más denuncias

Cinco meses después, los datos invitan de nuevo a la reflexión. El departamento de espectáculos taurinos de la policía ha instruido 13 expedientes. Otros nueve procedimientos están pendientes de cerrarse; y las denuncias siguen llegando, sobre todo estos días, con el aluvión de fiestas que se celebran en la región. Pero tampoco se facilitan oficialmente los nombres de los pueblos incumplidores.El comisario Ramón Ferris, director de este área de espectáculos taurinos en el cuerpo de policía, cree que las cosas no marchan demasiado bien: "Es posible que se superen las sanciones del año pasado, porque septiembre es el mes más fuerte".

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Entre los ayuntamientos reincidentes este año figura el de Colmenar de Oreja (5.200 habitantes). En mayo, se celebró allí el toro embolao sin autorización. Al animal se le colocan dos soportes en cada uno de los cuernos con dos bolas que se prenden antes de soltar a la res en el recorrido. La multa que pende sobre este pueblo ahora puede ser el triple de la suma de la sanción impuesta hace cuatro meses (la mínima, de dos millones), que aún no es firme.

El alcalde cohnenareño, el socialista Antonio García Fezrtández, se defiende: "El problema es que se sublevó el pueblo y la gente empezó a romper tablas y a desmantelar la plaza. El delegado del

Gobierno sabía que si se rebelaban había que permitir el toro embolan ". Finalmente, el espectáculo se celebró a pesar de la oposición del regidor. Según los vecinos, en Colmenar de Oreja siempre saldrá el toro embolao. "Es una tradición que deben respetar", añade Mercedes, una vecina. Otro miembro de una peña, Andrés, asegura que el toro embolan es algo sagrado allí. "Que tengan cuidado si se atreven a quitárnoslo".

En Algete (10.000 habitantes) el Ayuntamiento decidió este año suspender el toro de los mozos. En este espectáculo se llegaba a pinchar hasta 30 y 40 veces al animal a la hora de sacrificarlo, en mitad de la plaza (el reglamento ordena que se le mate en un lugar reservado). A pesar del enfado de los vecinos y de sus protestas, la alcaldesa se ajustó a la normativa, y no permitió la celebración de esta becerrada.

Otros cinco expedientes se han abierto este año en localidades donde los encierros superaban el límite de dos horas, según fuentes oficiosas. Es el caso de Fuenlabrada (150.000 habitantes), Leganés (172.000) y Parla (70.000), donde los encierros han durado cuatro horas. En Mejorada (13.000 habitantes), cientos de personas también reclamaron violentamente al Ayuntamiento un encierro más largo. Además, la irritación de los vecinos era mayor porque, interpretándose bien el reglamento, los toros salían en manada, y no uno a uno como era tradicional. El alcalde se mantuvo firme y pudo frenar el enfado de las peñas.

En Fuenlabrada, un niño resultó herido hace una semana mientras atravesaba con su padre el recorrido de los toros. Uno de los artados se dirigió hacia ellos y, al estar repletos los lugares donde se refugian los mozos (no se había montado una doble valla, para el público y para refugio, como en Pamplona y otros lugares), el toro empitonó al padre, que lanzó a su hijo contra una valla para evitar que le cogiera. El niño sufrió luxación de clavícula.

"Es injusto"

Las peñas de Fuenlabrada están disgustadas por lo ocurrido. José Moreno, vicepresidente de la peña La Viga Atravesó, asegura que antes de los encierros se revisó el recorrido. "Echamos de la calle a más de 100 niños. Como eso, hacemos un trabajo inmenso para que todo salga perfecto. Es injusto que Fuenlabrada siempre esté en el ojo del huracán".San Agustín de Guadalix (3.364 habitantes) es otro de los municipios que pueden ser sancionados. Dos toros se escaparon al romper las talanqueras (vallas de madera). El alcalde manifestó que se revisaban rigurosamente todos los tramos del recorrido. Sin embargo, según un vecino, Jesús Gracia, la fuga se veía venir porque las tablas estaban muy resecas. En Colmenarejo (2.500) se escapó un toro, el pasado julio, porque no estaban bien atornillados los hierros de las vallas del recorrido.

Otra de las habituales irregularidades en los municipios es el reciclamiento de vacas. En algunos pueblos, tras el encierro, las reses no son sacrificadas como indica la ley. Al día siguiente, esa vaquilla vuelve a sufrir a los mozos en otro encierro de otra localidad. Esta irregularidad se ha repetido en dos ocasiones este año.

San Martín de la Vega (6.600 habitantes) fue el Ayuntamiento más duramente sancionado durante 1992. La multa que se le impuso por haberse ahogado dos vaquillas en un baño de espuma fue de 3.300.000 pesetas. El Ayuntamiento recurrió y aún no ha pagado la sanción. Este año ha escarmentado y no ha permitido ni la más mínima ilegalidad durante el encierro.

En Torrelaguna (2.500 habitantes) había más motivos para no dejar nada a la improvisación. El año pasado, un joven de 23 años falleció al ser corneado por un novillo. El animal se ensañó con él durante cerca de un minuto sin que nadie le echara un capote o le hiciera un quite. No había dobladores, y el director de lidia ni siquiera estaba en el pueblo. Este año, todo se ha llevado a rajatabla. Según el concejal de Festejos, José María Ruiz, además se han confeccionado unas camisetas especiales para identificar a los dobladores. "Hemos tenido también al director de lidia y una organización perfecta. Lo del año pasado fue un accidente por el que estamos todos muy dolidos".

La delegación del Gobierno ha registrado varias irregularidades en pueblos de Madrid porque el director de lidia contratado no estaba en la plaza o porque se han hecho sueltas de vaquillas sin la correspondiente autorización. "El balance hasta ahora no es demasiado positivo. Lo ideal sería que no hubiese denuncias, pero eso", añade el responsable del gabinete encargado de ejecutar las sanciones, Angel Capdevila, "es algo que se conseguirá a largo plazo".

Los requisitos

El reglamento taurino contiene especificaciones claras sobre cómo han de organizarse los encierros. Por ejemplo, un aparejador debe certificar que las instalaciones tienen las condiciones de seguridad y solidez suficientes. Entre otros documentos, debe presentarse el contrato de un profesional taurino o banderillero que actuará como "director de lidia", encargado de "auxiliar a los que tomen parte en la fiesta". Y también una póliza de seguro colectivo.Una hora antes del encierro, el jefe del equipo médico debe comprobar que la enfermería esté en orden y que una ambulancia equipada - equivalente a una UVI móvil-aguarde cerca.

Los agentes municipales deberán comprobar que en el trayecto del encierro no hay obstáculos que pudieran impedir el paso de reses y corredores. También deben asegurarse de que las calles por las que pasan los novillos estén debidamente aisladas, para evitar fugas.

Durante el encierro, el "diestro profesional director de lidia" deberá estar auxiliado por entre seis y diez "colaboradores voluntarios capacitados, debidamente identificados, para evitar la huida de las reses fuera de los sitios acotados, auxiliar a los participantes y controlar el trato adecuado a los animales".

Al reglamento, no obstante, le faltan algunas precisiones: sobre la participación de niños y la duración del encierro. La Comunidad de Madrid ha cubierto esta laguna con normas claras, contrarias a los corredores infantiles y a un tiempo superior a tres horas. En Pamplona duran tres minutos.

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