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Valíente no sólo de apellido.

El ex presidente del Constitucional, un demócrata sin pelos en la lengua

Es seguro que si a francisco tomás y valiente le hubieran dado a elegir -patética opción- entre vivir sin dignidad y morir como ha muerto, asesinado por un descerebrado mientras él preparaba las preguntas para examinar a sus alumnos, habría elegido, sin dudarlo, esta muerte. de alguna manera lo vaticinó en un artículo publicado el 19 de diciembre último en este periódico, bajo el título eta y nosotros, cuando se declaró una de las "posibles víctimas futuras de la muerte que ellos administran".

Tomás y Valiente -un apellido que ayer se confirmó como una realidad- muere a sus 63 años, tras una vida dedicada al Derecho y a la Universidad. Su contribución a la vida pública democrática se produjo, primero, desde el Tribunal Constitucional y, una vez fuera de él, desde su posición de publicista, en la que ejerció el derecho fundamental a la libertad de expresión que defendió durante sus 12 años de permanencia en el alto tribunal. Recientemente fue designado miembro del Consejo de Estado, tras el fallecimiento en accidente del ex vicepresidente del Gobierno y capitán general Manuel Gutiérrez Mellado.Valenciano ejerciente, impartió la enseñanza como catedrático de Historia del Derecho en La Laguna (Tenerife) a partir de 1964, y en 1979 ganó la cátedra de Salamanca, en donde fue objeto de un expediente por apoyar la áutonomía uniiversitaria. Ese mismo año ganó la misma cátedra de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, en la que ayer encontró la muerte.A partir de 1980 inició sus 12 años de permanencia en el Tribunal Constitucional, la máxima, junto a Francisco Rubio Llorente. Tomás y Valiente fue propuesto por el PSOE y contó con el apoyo de UCD. El 27 de septiembre de 1983, el Congreso de los Diputados, por acuerdo de PSOE y AP, le reeligió en el cargo, en el que no cesó hasta 1992. Como magistrado, entre las sentencias de mayor repercusión pública, destacó su posición favorable a la constitucionalidad de la expropiación de Rumasa y su voto particular contra la sentencia salomónica sobre la ley socialista del aborto. Ayer, una abogada de Barcelona, María José Varela, "impresionda por la muerte del profesor Tomás y Valente", destacaba que "ha sido la persona que, con mayor rigor juridico y desde una perspectiva constitucionalista, mejor ha defendido las tesis feministas sobre el aborto".Importante participación tuvo también en la elaboración de sentencias que enmendaron la plana al Gobierno, como la relativa a la desigualdad de los cónyuges ante la Hacienda Pública, o la que declaró parcialmente inconstitucional la polémica Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), elaborada por UCD y PSOE poco después del intento de golpe de Estado de 1981 y que estaba encaminada a disminuir las competencias autonómicas. El Constitucional falló en agosto de 1983, en lo que supuso la primera sentencia importante contra los intereses del Gobierno central, entonces ya del PSOE.A Tomás y Valiente se debe, en buena medida, como ponente o a través de sus votos particulares, la elaboración de una doctrina favorable al ejercicio de la libertad de expresión y del derecho a la información, por su carácter colectivo y por ser un pilar del sistema democrático, frente a pretendidas lesiones individuales del derecho al honor. Y durante su etapa de presidente del Tribunal Constitucional -iniciada en 1986 y concluida en 1992- abrió el alto tribunal a los medios de comunicación social, hasta el punto de que, desde entonces, sigue siendo el órgano judicial más transparente y accesible, en lo que a resoluciones judiciales se refiere, porque Tomás y Valiente fue duro e inflexible en la defensa del secreto de las deliberaciones.

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Aunque fácilitó la información sobre la tarea del Tribunal Constitucional, Tomás y Valiente defendió que, éste "no debe obsesionarse por el eco de sus resoluciones porque en una sociedad democrática dotada de las libertades que el propio tribunal ampara, siempre habrá, en cada caso, ante cada sentencia no rutinaria, aplausos y censuras".A propósito de la tardanza del Parlamento en elegir a quienes debían sustituirle a él y a otros cuatro magistrados que habían concluido su mandato en 1992, Tomás y Valiente se mostró enérgico con quienes, desde el poder legislativo, eran incapaces de alcanzar el consenso. Llegó a sugerir que, de consolidarse ese retraso, sé buscaran fórmulas como la designación de sus sucesores por los propios magistrados salientes.

Tomás y Valiente deja desde ayer una viuda y cuatro huérfanos, uno de ellos, Quico, entre los compañeros, periodista jurídico en la agencia Efe. Deja también la seguridad de que, como explicaba en el artículo antes mencionado, "el primer paso para luchar contra ETA es que nosotros, todos los demás, reconstruyamos . este bando, el del lado de acá de la raya divisoria, y no lo debilitemos ni con crímenes injustificables ni con operaciones autodestructivas...". Aunque ETA siga matando, "porque ésa es su única forma de vivir".

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