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EXPLOSIÓN MORTAL EN BILBAO

Rementeria, jefe del 'comando Vizcaya', regresó para reorganizar la banda tras diez años huido

Patxi Rementeria, jefe del comando Vizcaya y, según las primeras investigaciones policiales, uno de los cuatro terroristas que murieron ayer, era un histórico de la banda ETA y tenía un largo historial sangriento en los años ochenta. Luego pasó a la reserva y estuvo exiliado durante 10 años en la isla de Cabo Verde. La dirección de la banda decidió recuperarle en 1996, junto a otros veteranos, para reorganizar la estructura operativa. Desde entonces, participó presuntamente en múltiples atentados. Se le vincula también al secuestro y asesinato, en 1997, del concejal del PP Miguel Ángel Blanco.

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Patxi Rementeria, a quien fuentes policiales identificaban anoche como uno de los cuatro terroristas fallecidos, era uno de los personajes más conocidos para la policía, que dispone de un amplio historial delictivo. Ingresó en ETA en 1981, cuando sólo contaba con 20 años. El activista nació en Markina (Vizcaya) en 1961. Estaba implicado, según Interior, en 18 atentados, cinco de ellos perpetrados contra miembros de la Guardia Civil, con el resultado de cuatro muertos y varios heridos. Su fotografía había sido distribuida como la de uno de los terroristas más buscados.Su nombre resurgió hace pocos meses, cuando con gran habilidad consiguió huir de las fuerzas de seguridad tras un fallido atentado con coche bomba. El 3 de enero, él y otros miembros del comando Vizcaya trataron de atentar en Bilbao contra un convoy de la Guardia Civil.

El vehículo no pasó por el lugar esperado en el barrio de San Adríán y los terroristas decidieron retirar el coche con los 20 kilos de dinamita que ya habían colocado. Dos de los compañeros de Rementeria fueron detenidos tras el atentado frustrado y él, que presuntamente utilizó un escáner para interceptar la radio de la policía, supo así que sus compañeros habían sido interceptados y decidió abandonar rápidamente el coche con una olla que contenía 20 kilos de dinamita con la que pretendían atentar contra la Guardia Civil.

Huyó de la policía

La policía buscó sin éxito el coche de Rementeria, un Ford Fiesta blanco, durante nueve días, hasta que lo encontró en una plaza de Otxandio (Vizcaya). Allí había estado durante esos nueve días. Ni rastro del terrorista. A pesar no encontrar al máximo responsable, la policía detuvo a otros tres terroristas y dio por desarticulado, con un total de cinco detenidos, al comando Vizcaya, que había sido precisamente reconstruido por Rementeria en 1999, después de que varias operaciones policiales lo hubieran dejado maltrecho.Su reaparición al frente del Vizcaya, uno de los comandos emblemáticos de ETA, al que ya perteneció hace 15 años, confirmó la convicción avalada por los expertos antiterroristas de que la banda había confiado para la renovación de sus infraestructuras en veteranos y experimentados activistas de la década de los 80.

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Durante los 14 meses de tregua la dirección de ETA fortaleció su deteriorada estructura interna con la incorporación de activistas veteranos al frente de los nuevos comandos integrados por jóvenes poco experimentados reclutados en las filas abertzales. Se trata de activistas forjados en la década de los ochenta, la época dura de ETA, en la que la banda hizo constante su sanguinaria presencia gracias a su fortaleza operativa: múltiples comandos que mantenían en jaque a la sociedad y las fuerzas de seguridad con atentados periódicos. Con el paso de los años, sus fuerzas se fueron mermando gracias a los éxitos policiales.

La sospecha de que la dirección de ETA estaba reclutando, durante los meses de tregua, a sus activistas más experimentados estaba implantada desde hace tiempo en medios que conocen la banda terrorista. ETA recuperaba especialmente a aquéllos que, a principios de los años ochenta, se formaron en cursillos sobre armas y explosivos a los que la organización tenía entonces acceso merced a sus contactos internacionales, y que podrían estar "disponibles" para volver. Veteranos que se combinaban con los jóvenes provenientes de la cantera ideológica abertzale, una mano de obra abundante pero sin la preparación necesaria.

Regreso a Francia

La identificación de Francisco Rementeria, Patxi, como el cuarto miembro del comando Vizcaya, ratificó ya entonces el esquema que venían sosteniendo los expertos antiterroristas. Éstos mantenían la convicción de que al menos una treintena de veteranos militantes de ETA habían regresado a Francia requeridos por la dirección. Un número sustancial de ellos estaba en disposición de reforzar los distintos aparatos internos disminuidos hasta la extenuación en su actividad, lo que acentuó la necesidad de que ETA hiciera un alto con la tregua y se diera un respiro imprescindible para analizar la situación.El perfil de Francisco Rementeria respondía con propiedad a ese esquema. Había regresado al activismo como jefe del comando Vizcaya, un comando en el que discurrieron sus cinco años activos, y ofrece un currículo completo: tras su etapa de acción en un grupo operativo fue deportado en 1986 a la isla de Cabo Verde. Allí permaneció diez años hasta que decidió huir del país africano para regresar en 1996 a la clandestinidad y reincorporarse a la filas de los militantes de ETA dispuestos a seguir en la brecha y continuar con la actividad terrorista.

Comando Gorrotxategi

Rementeria se inició con un cursillo de adiestramiento en San Juan de Luz antes de formar el comando Gorrotxategi, un grupo legal (no fichado por la policía), junto con José Larrinaga y Carmen Guisasola. Ésta sería, años después, la responsable de los comandos legales de ETA, mientras Rementeria estaba en Cabo Verde. En esta etapa como legal, que duró hasta la detención de Larrinaga en junio de 1983, Rementeria y sus compañeros atentaron en las comarcas de Durango y Gernika. Colocaron bombas en nueve sucursales bancarias de las localidades de Elgoibar, Abadiño, Ermua y Bérriz y cometieron cinco atentados contra la Guardia Civil. En uno de ellos murió el guardia Antonio Pablo Fernández Rico, el 2 de mayo de 1982 en Ondarroa. También se les responsabiliza de la colocación de una bomba al paso del coche del jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Vizcaya, el teniente coronel José Llull, que causó la muerte del civil Eduardo Vadillo.La huida de Rementeria a Francia en junio de 1983 no impidió que regresara junto con Guisasola medio año más tarde. Durante unos meses persistieron en la campaña de atentados contra la Guardia Civil. Obligados a huir, regresaron por tercera vez al comando Vizcaya en 1985 hasta que se fugaron al presenciar la detención de su compañero Juan Félix Zabarte.

Un año después, Rementeria fue capturado por la policía francesa. Pero no fue extraditado a España porque no existía ninguna orden y pudo así llegar hasta Cabo Verde. Allí permaneció durante 10 años hasta que le ordenaron volver. Huyó entonces, en 1996, a Cuba, y desde allí, saltó presuntamente a Francia, para entrar luego en el País Vasco.

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