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Un clásico envuelto en polémica | FÚTBOL

De maltratados a héroes

Cientos de hinchas dedican de madrugada al Barcelona un recibimiento triunfal en El Prat

Àngels Piñol

'¡Manos arriba: esto es un atraco!'. Unos 400 hinchas del Barça, con bufandas y banderas, acudieron a las 2.00 de la madrugada del domingo al aeropuerto de El Prat para recibir a los azulgrana, elevados a la categoría de héroes tras el gol anulado a Rivaldo. Los seguidores, muchos adolescentes, corearon a Rivaldo - se quedó en Madrid para volar a México y jugar con su selección- y, en desagravio por el trato que recibió, agasajaron a Luis Enrique, que firmó autógrafos y se fotografió con quien se lo pidió. La tabla no puede reflejarlo todo. El Barça regresó del Bernabéu -viajó con un nutrido grupo de boixos nois- igual que llegó: a nueve puntos de distancia del líder, el Madrid. Pero nunca un empate le ayudará tanto: el Barça, pese a la indignación, volvió radiante por saberse vencedor moral; con la autoestima agrandada y con la certerza de que muchos se precipitaron al dar su fútbol por acabado.

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Quizá fue un error de cálculo porque es cierto que el Barça es capaz de perder ante el colista (4-0 en Santander) igual que se crece en las grandes citas, lejos del Camp Nou, cuando su entorno presiente lo peor. Todo el mundo creyó que el Milan golearía al Barça en San Siro Siro (3-3, con goles de Rivaldo); o que no haría nada en Leeds (1-1, otro gol de Rivaldo) o en Valencia (0-1). Sus grandes fracasos siempre han sido en casa (ante el Milan y el Deportivo) pero, salvo en Riazor, nunca fuera. El Bernabéu imaginó que iba a presenciar una goleada dirigida por Figo y acabó dando gracias por el gol anulado.

El decorado cambió: los azulgrana suelen salir disparados del Bernabéu pero el sábado no tenían prisa. Ante las cámaras desfilaron De Boer, Kluivert, Cocu, Luis Enrique; Guardiola; Alfonso, Sergi... Todos mostraron indignación por el error que les impide engancharse a la Liga. Rivaldo, que vio agrandada su figura con sus tres goles, fue contundente: 'Hay una serie de errores arbitrales que allanan el camino del Madrid. El árbitro debe asumir su responsabilidad. Nosotros debíamos ganar y hay que entender nuestra reacción. Seguramente, al revés la jugada no se hubiera invalidado. Lo que más me molesta es la falta de respeto que nos mostró el Madrid cuando dijo que nos iba a golear'. Y, ayer, en su página web añadió: 'Sufrimos una persecución: parece que hay intereses para que el Madrid sea el campeón y no nosotros. Ante eso, no podemos hacer nada: jugar como lo hacemos...Ya dije que daríamos una alegría a la afición con este gran partido. Hacía tiempo que no jugábamos así. Nos han robado la victoria y ha sido escandaloso. No lo olvidaré: merecíamos ganar; fuimos mejores'.

Desconocido, Figo se negaba otra vez a hablar ante periodistas llegados de Barcelona -'No hablo para Cataluña'- mientras Cocu, no muy lejos de él, perdía su serenidad habitual y respondía con ira: '¿La Liga perdida? ¡No! Yo lucharé hasta el último partido ante el Valencia; ya veremos donde estamos'. El vestuario, que tuvo ayer día de fiesta, no piensa, pese a todo, secundar el victimismo alimentado por la directiva. Tiene una preocupación aún mayor: aprender a motivarse ante con los débiles y no sólo con los mejores ante quienes, casi siempre y pese a jugar mejor, ha acabado empatando.

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