Baleares cobrará a los turistas un impuesto ecológico de un euro diario

Los hoteleros tampoco están de acuerdo con la ecotasa, y reclamaron al Gobierno central que recurra este impuesto ante el Tribunal Constitucional. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo ayer que 'estudiará' tal posibilidad 'sobre todo si colisiona con otros impuestos'. El PP inquirió sobre 'la dudosa legalidad' de la medida por si implica una doble imposición -el IVA y la ecotasa- para los hosteleros.

En un plazo de seis meses, si desde el Constitucional no se paraliza de manera cautelar la entrada en vigor del impuesto, se cobrará en Baleares una media de un euro por noche a cada persona que se aloje en hoteles, apartamentos, casas de verano, establecimientos rurales y cámpings. El abanico de tarifas se sitúa entre los dos euros por persona para estancias en hoteles de cinco estrellas, medio euro en establecimientos de una estrella y 0,25 euros en centros de agroturismo. El sujeto pasivo del impuesto es el cliente y el hotelero actúa como recaudador. En el reglamento que desarrolle la ley se fijarán los sistemas de cobro.

Los hoteleros indican que serán los que al final paguen el impuesto porque los operadores nacionales o internacionales no asumirán los costes a su cargo y tampoco querrán derivarlos a los clientes. La consignación del impuesto por dormir en un establecimiento balear deberá ser estipulado en las facturaciones individuales. Los empresarios podrán negociar cupos anuales por plazas ocupadas o bien relatar día a día las pernoctaciones realizadas.

Según explica la Consejería de Turismo, en Francia se cobra una tasa de alojamiento similar, al igual que en México, Nueva York, Santo Domingo, Guatemala, Malta y Grecia.

Mejora del medio ambiente

La ecotasa de Baleares se denomina 'impuesto sobre las estancias en empresas turísticas de alojamiento, destinado a la dotación de fondos para la mejora de la actividad turística y el medio ambiente'. Una comisión especial determinará cada año el uso de los 10.000 millones que se esperan recaudar, sobre una base de más de diez millones de visitantes. En las islas se calcula que el gasto turístico generado en 2000 superó el billón de pesetas, el 85% de la economía balear.

El rechazo del PP balear ha sido frontal: 'Se está destruyendo el tejido empresarial de las islas', aseguró su portavoz, Juan Flaquer, quien calificó el impuesto de 'despropósito, descabellado, equivocado, injusto y discriminatorio'. También opina que 'restará competitividad al sector hotelero'.

Flaquer atacó la gestión política y la personalidad de Francesc Antich, a quien llamó 'incapaz e incompetente', al tiempo que le acusó de haber creado 'enfrentamiento social y crispación innecesaria'. El PP supone que el Gobierno balear 'demoniza el sector turístico para obtener rédito electoral con demagogia y populismo'.

El presidente Antich, en declaraciones posteriores, ya que no intervino en el debate parlamentario, comentó que 'la ecotasa supone un acto político' y recriminó al PP no haber presentado alternativas.