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La sustancia que causa 'epidemias' en todas partes

Carlos Arribas

Lo primero que diría cualquier cínico al conocer el positivo por nandrolona de Frank de Boer sería algo así como: 'Seguro que no es el único. Alguno más seguirá'. Lo diría basado tanto en sus ganas de pensar mal como en toda una base de datos estadísticos: si algo distingue a la nandrolona de otros productos dopantes es precisamente que los positivos a ella achacados llegan en rachas de varios deportistas casi simultáneamente, causando el efecto epidemia.

Aunque en el fútbol español el último antecedente de nandrolona data de hace cuatro años -Agirretxu, jugador del Celta-, esa sensación de dopaje por rachas se tuvo por primera vez hace tres años, en el fútbol francés, con la aparición de media docena de casos en pocas fechas. En el atletismo español el marchador Daniel Plaza y el lanzador de disco David Martínez también pasaron por la prueba.

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El año pasado, la epidemia afectó al atletismo británico -Richardson, Christie, Cadogan...-, el jamaicano -Merlene Ottey- y el norteamericano -C. J. Hunter-; al equipo ciclista Vitalicio -Hruska y González de Galdeano- y al nadador de fondo David Meca.

El último sarpullido se produjo en los últimos meses en Italia con media docena de jugadores de la Primera División. Entre ellos, grandes nombres, como el holandés Davids, del Juventus, y el portugués Couto, del Lazio.

Disculpas variopintas

Los justificantes para los positivos argumentados por los deportistas han sido de lo más variopinto y precisamente una de las razones de su aparición por rachas. Daniel Plaza lo justificó por sus relaciones sexuales con su esposa embarazada; David Martínez lo achacó al consumo de carne de cerdo que los ganaderos habían engordado ilicítamente con productos anabolizantes.

Los futbolistas franceses e italianos parecen haber sido víctima de la compra por sus respectivos laboratorios antidopaje de sofisticadísimas, y carísimas, máquinas de análisis que no dejaban pasar la más mínima cantidad. Ottey alegó una excesiva deshidratación y una exagerada concentración de su orina el día en que se le tomó la muestra.

Últimamente, sin embargo, hay unanimidad a la hora de señalar a un culpable. Fue lo que dijeron los atletas británicos, y tan convincentemente que su federación los absolvió y hasta la propia FIFA estuvo en un tris de autorizar la nandrolona: algunos suplementos dietéticos legales que tomaban estaban contaminados con la sustancia prohibida.

Es el mismo argumento de los ciclistas: unas barritas energéticas importadas de Estados Unidos son en teoría ácidos grasos y en realidad nandrolona enmascarada.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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