Cavallo y otros dos ministros argentinos viajan a España para negociar el futuro de Aerolíneas
El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, llegó ayer a España para tratar de buscar una solución al conflicto laboral de Aerolíneas Argentinas y promocionar el megacanje de deuda pública de su país. Cavallo se reunirá, entre otros, con el vicepresidente segundo del Gobierno español y ministro de Economía, Rodrigo Rato. En las negociaciones sobre los problemas de Aerolíneas, Cavallo estará acompañado por la ministra argentina de Trabajo, Patricia Bullrich, y el de Infraestructura y Vivienda, Carlos Bastos, que también se encuentran desde ayer en Madrid.
La compañía argentina, participada por la SEPI, atraviesa una seria crisis financiera desde hace tres años. Una serie de conflictos laborales, incluyendo una huelga de nueve días que causó 27 millones de dólares en pérdidas (5.211 millones de pesetas), han impedido aplicar el plan diseñado el año pasado por la SEPI para su rescate financiero. 'Hay que encontrar una salida definitiva para Aerolíneas', afirmó la ministra de Trabajo. 'Lo que se busca es que Aerolíneas tenga la financiación, que siga para adelante y que se conserven las fuentes laborales de todos los trabajadores de la empresa', añadió. La delegación argentina se reunirá, entre otros, con el presidente de la SEPI, Pedro Ferreras.
El Estado argentino conserva el 5,4% de las acciones de la empresa, la SEPI tiene el 91,2% a través de la Sociedad Interinvest y los trabajadores, el 2,6% de los títulos. El Plan Director de la SEPI para Aerolíneas Argentinas, parecido al que aplicó con éxito en Iberia, implicaba una ampliación de capital de 650 millones de dólares (125.450 millones de pesetas), la reducción de costes, la renegociación de las deudas y un recorte de personal.
Ha sido precisamente este último punto, el del recorte de empleo, el que ha impedido aplicar la totalidad del programa de saneamiento, por la oposición de dos de los siete sindicatos, contrarios a la reducción de plantilla. La situación se volvió crítica con una huelga de nueve días que comenzaron los técnicos el pasado 24 de abril, lo que paralizó las operaciones de la compañía y le causó unas pérdidas diarias de tres millones de dólares.
