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Crónica:La fiesta del ascenso | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Casas lleva en volandas al Betis

Dos goles del delantero argentino ante el Jaén certificaron el regreso del conjunto sevillano a la máxima categoría

Nadie pudo esperar a que el árbitro, Arcas Piqueres, señalara el final del partido. Los jugadores del Betis y su afición se sabían en Primera casi desde el primer instante del partido y cuando en el minuto 73 Casas certificó el ascenso con su undécimo gol en la Liga los ánimos se dispararon y La Victoria de Jaén saltó por los aires. La explosión de júbilo y rabia contenida durante toda una temporada sirvió para hacer olvidar los intensos 90 minutos en los que el Betis se jugó su futuro y la ilusión de una hinchada a la que debe gran parte del éxito conseguido.

Algo que ayer el equipo devolvió sobre el césped. Por una vez, el Betis demostró desde el inicio que estaba decidido, que no se dejaría abrumar por el nerviosismo que tantos sinsabores ha causado durante el curso y que, en esa vestusta y precaria parcela del infierno en la que le tocó jugarse el todo o nada, no cabía otra que el triunfo que daba el ascenso. Supo el Betis sobreponerse al calor, a la presión y, sobre todo, a un rival tan rocoso y efectivo en casa como el Jaén, que en nada facilitó su empresa.

JAÉN 0| BETIS 2

Jaén: Yepes; Nono, Tocho, Luis (Chumilla, m. 84), Rueda; Sierra, Milosevic, Jurado, Pepelu (Aitor, m. 64); Ortega y Tito (Imanol, m. 88). Betis: Prats; Filipescu, Belenguer, Rivas, Luis Fernández; Joaquín, Cañas, Castaño (Otero, m. 64), César (Benjamín, m. 64); Amato y Casas (Capi, m. 81). Goles: 0-1. M. 2. Casas caza un balón que había cabeceado Amato y bate de un cabezazo a Yepes. 0-2. M. 70. Casas recibe un centro de Amato y lo encaja a pesar de la estirada de Yepes. Árbitro: Arcas Piqueres. Amonestó a Sierra, del Jaén, y a Castaño, Cañas, Belenguer, Casas y Filipescu, del Betis. 11.500 espectadores, lleno, en el campo de La Victoria; de ellos, unos 4.000, seguidores del Betis.

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Prueba de esa declaración de intenciones fue el tempranero gol con el que Casas reivindicó la rentabilidad de su contratación. Un gol que espoleó a sus ya de por sí supermotivados compañeros y restó empuje a los no menos superincentivados rivales. Aguantó el Betis el tipo más de 20 minutos, en los que Amato y Casas pudieron zanjar la contienda, mientras que el Jaén asistía, inexplicablemente, como convidado de piedra. Situación que cambió en cuanto el equipo de Del Sol acusó su esfuerzo y el Jaén, a base de orden y dominio del centro del campo, se echó en tromba sobre el área de Prats. Filipescu, Belenguer y un acertadísimo Luis Fernández evitaron que Jurado y Sierra sacaran provecho del mal momento que atraviesa Prats, quien con sus precipitaciones y errores casi acaba con más de uno de los cerca de 4.000 seguidores verdiblancos desplazados a Jaén.

Con ellos y con su presidente, Manuel Ruiz de Lopera, quien, pálido y tenso al extremo, no dejó de manosear las estampas de la Macarena y del Gran Poder que guarda en su bolsillo y que al final pagó con una lipotimia y un desvanecimiento la tensión acumulada durante las últimas semanas. Como Lopera, más de uno sintió cómo el pulso se le disparaba y le temblaban las canillas al saberse de nuevo en Primera.

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