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MERCADOS

La amenaza de una devaluación en Argentina hunde la Bolsa española

Alarma en Brasil y España por el impacto de una depreciación en los beneficios de las empresas

La puesta en marcha de la nueva convertibilidad del peso argentino levantó más de una sospecha de que el Gobierno del país ha dado el primer paso para devaluar su moneda de forma encubierta para que el proceso no sea dramático, sino paulatino, y permita a la economía recuperar una competitividad perdida desde hace ya tres años. Esta presunción disparó las alarmas en Brasil, principal socio comercial argentino y perjudicado por la devaluación, y se extendió a la Bolsa de Madrid, donde las empresas con fuertes inversiones en Argentina (Telefónica, Endesa, BBVA, BSCH) sufrieron un batacazo. Repsol YPF se salvó porque sus exportaciones son en dólares y una devaluación no le afectaría en sus beneficios.

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El impacto de la medida en el mercado argentino no pudo verse ayer, porque fue festivo, así que en Brasil todo el mundo está pendiente de lo que suceda hoy, y se esperan lo peor. A pesar de que el Gobierno argentino declaró ayer que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Brasil habían recibido 'bien' las nuevas medidas, varios expertos consultados creen que la devaluación, que favorece a los exportadores, es 'injusta, que crea nerviosismo y que, sin duda, es una devaluación encubierta'.

Cuando el presidente argentino, Fernando de la Rúa, junto a su superministro de Economía, Domingo Cavallo, anunciaron durante el fin de semana la nueva convertibilidad del peso insistieron en que sólo era para el sector exportador, que para el resto de los sectores productivos y los ciudadanos se mantenía el tipo de cambio fijo, un peso por un dólar, vigente desde 1991. La nueva convertibilidad, que referencia al peso en un 50% con el dólar y un 50% al euro, entrará en vigor para todo el país el día en que la moneda europea y la estadounidense estén uno a uno (en la actualidad, un euro equivale a 0,86 dólares).

Junto a la nueva convertibilidad, el Gobierno anunció un conjunto de medidas, entre las que destacan una reducción del IRPF, un aumento para las deducciones familiares y rebajas de los combustibles y el peaje, entre otras. Cavallo decidió adelantar el nuevo tipo de cambio para las exportaciones, para aliviarlas de la fortaleza del dólar con la debilidad del euro. Con la medida, el Gobierno pretende que exportar sea más barato. Mientras que a cualquier argentino le dan un dólar por un peso, a un exportador de ese país le daban ayer en torno a 1,10 pesos por cada dólar. Esto hace que vender fuera le cueste menos y que por cada dólar que vende gane más. Por ejemplo, si ayer se vendían productos al extranjero por 1.000 dólares, se ganaba un 10% más por la diferencia entre el dólar y el euro con relación al peso.

Al mismo tiempo, la medida fuerza a los importadores a pagar más por los productos que ingresan en el país. No obstante, el Gobierno intenta compensar este desequilibrio con una reducción del arancel máximo de importación del 35% al 27% y con una rebaja de las deducciones fiscales a la exportación. El Gobierno cree que esta última medida limará los conflictos comerciales con otros países que suelen sospechar que las exenciones son ayudas encubiertas.

Este argumento, por supuesto, no convence un ápice a los analistas y exportadores brasileños o del resto del Mercosur, el mercado común que Argentina comparte también con Uruguay y Paraguay. Los analistas del Mercosur coincidieron en señalar que Argentina admitió al fin los problemas que tiene con su tipo de cambio. El viceministro de Exteriores de Paraguay, Juan Bufa, dijo que se trataba 'de una devaluación encubierta del 8%'. En la jornada de ayer, el dólar se apreció un 2,11% frente al real, la divisa brasileña, hasta los 2,46 reales por dólar. La Bolsa de São Paulo llegó a retroceder a media sesión un 2,6%.

Escepticismo brasileño Los analistas financieros brasileños afirman que las medidas de Cavallo no son significativas para reactivar la economía argentina, ya que el sector exportador representa un 9% del PIB y que los principales productos exportados son materias primas, como el petróleo, que dependen de precios internacionales más que de la tasa de cambio. Los expertos auguran que la devaluación del peso tendrá resultados catastróficos para Argentina, ya que un 90% de la deuda pública y un 70% de la privada están en dólares. El fin de la paridad haría insostenible la deuda. Cavallo salió ayer a intentar frenar la ola de inquietud e insistió en que 'no se trata de una devaluación, porque sólo se pueden devaluar las monedas; el tipo de cambio no tiene nada que ver con la moneda. La medida es comercial, no monetaria. Ninguna persona inteligente que sepa leer bien el español puede encontrar un aspecto alarmante en este plan'. Casi todos los analistas argentinos y un sector mayoritario de la oposición respaldaron el plan de Cavallo.

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