Arafat pide con urgencia a Israel material antidisturbios para frenar la revuelta

La Autoridad Palestina solicitó ayer a Israel que le provea urgentemente de material para dispersar manifestaciones tras los últimos enfrentamientos entre palestinos del pasado lunes en Gaza que se cobraron tres muertos y más de 200 heridos, según informó la televisión pública israelí. Esta petición de la Autoridad Palestina está siendo estudiada por el Ministerio de Defensa, añadió la cadena de televisión. La petición incluye sobre todo granadas lacrimógenas. Por segundo día consecutivo, centenares de muchachos se lanzaron ayer a las calles de las ciudades autónomas palestinas para protestar contra Estados Unidos

Osama Bin Laden es el nuevo líder de la juventud palestina. El presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, desbordado por el clamor popular, ha optado por adoptar medidas enérgicas y ha decretado el estado de emergencia. '¡Larga vida a Bin Laden!', gritaron ayer centenares de vecinos de los campos de refugiados de Deir el Balah y Nuseirat, situados en el centro de la franja de Gaza, mientras ocupaban las calles para protestar por los bombardeos de EE UU sobre Afganistán. En un gesto de claro desafío a la Autoridad Palestina, los manifestantes lanzaron también gritos e insultos contra el presidente Arafat, haciéndole así responsable directo de la dura actuación de su policía, que el día anterior había cargado sin contemplaciones contra los estudiantes islamistas de Gaza capital.

Manifestaciones similares se desarrollaron de manera espontánea en otras ciudades palestinas de Cisjordania, como Ramala, Nablús, Yenín y Belén. Las fuerzas de seguridad se vieron incapaces de contener la oleada de jóvenes, en su mayoría universitarios, que, blandiendo pancartas y retratos de Bin Laden, se adueñaron de las principales calles y avenidas. Noticias no confirmadas aseguraban ayer que un cuartel de la policía militar palestina, en la carretera de Rafa a Gaza, había sido asaltado e incendiado por los revoltosos.

Los dirigentes de las organizaciones nacionalistas e islámicas, promotores de la Intifada, que hasta ayer habían mantenido una actitud desafiante ante el presidente Arafat tras negarse a acatar la orden de tregua pactada con Israel hace cuatro semanas, permanecían callados.

El espectro de una guerra civil atemoriza a todos los palestinos. Después de una larga reunión, los líderes de la Intifada hicieron público un comunicado en el que piden serenidad y señalan que 'lo que ha pasado en Gaza va contra los intereses de nuestra Intifada, que une a los palestinos por la sangre'. Arafat también tiene miedo. Está alarmado por el alcance de las protestas callejeras. Por eso ayer decretó el estado de emergencia en Gaza, movilizó las fuerzas de seguridad, prohibió cualquier manifestación e impuso un verdadero toque de queda sobre todo en el centro de la capital. Las tiendas, oficinas y escuelas situadas en un radio de dos kilómetros alrededor de la Uniersidad Islámica de Gaza -epicentro de la protesta del lunes- seguían ayer cerradas.