España ofrece unidades de operaciones especiales, aviones y barcos a EE UU

El presidente del Gobierno, José María Aznar, se reunió ayer en La Moncloa con el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, y con los cuatro miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor para preparar la lista de 'capacidades' con las que España está dispuesta a participar en la operación militar contra Afganistán. Se trata de que el Pentágono elija de dicha lista aquellos elementos que necesite en función de las contribuciones de otros países. 'No estamos en una carrera por aportar nuestras tropas', dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué.

Los jefes de Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno Barberá, el Ejército, Alfonso Pardo de Santayana, la Armada, Francisco Torrente Sánchez, y el Aire, Eduardo González-Gallarza, acudieron a la reunión con los deberes hechos. El presidente del Gobierno les había encargado que preparasen un informe sobre las disponibilidades de su respectivo ejército para contribuir a la operación Libertad Duradera.

El responsable del Ejército de Tierra puso sobre la mesa la posibilidad de aportar un pequeño destacamento basado en la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión o en la Brigada de Montaña de Jaca. El jefe del Ejército del Aire se mostró dispuesto al envío de aviones de transporte o reabastecimiento en vuelo y, en un caso más improbable, cazas. El almirante al frente de la Armada centró su contribución en buques de apoyo logístico o escolta, o en el propio Grupo de Combate, con el portaaviones Príncipe de Asturias, para misiones de vigilancia en el Mediterráneo oriental, como ya está haciendo la fragata española Santa María integrada en la flota de la OTAN.

Cada una de estas aportaciones iba acompañada de una estimación de su coste económico, tanto diario como por un periodo de seis meses, para lo que podría ser necesario arbitrar un crédito extraordinario. La evaluación de la posible aportación española se realizó, según la nota hecha pública por el Ministerio de Defensa, 'desde un punto de vista realista y teniendo en cuenta el equilibrio necesario que permita grantizar la defensa de los intereses españoles y la cooperación solidaria con nuestros aliados'.

La cúpula militar también analizó con Aznar la posibilidad de que haya que sustituir a las tropas estadounidenses desplegadas en los Balcanes. España, que tiene más de 2.000 efectivos empeñados desde hace casi una década en la ex Yugoslavia, no tiene ningún deseo de comprometer más tropas en la zona, pero ésa es precisamente la colaboración que más más interesa a Washington de sus aliados europeos. En todo caso, este asunto deberá discutirse en el seno de la OTAN, mientras que la eventual contribución a los ataques contra Afganistán se negociará bilateralmente con Estados Unidos.

La evolución del conflicto

El ministro de Defensa y los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor informaron también al presidente del resultado de los bombardeos y de la previsible evolución del conflito, según la información facilitada por estadounidenses y británicos. Aunque EE UU ha informado al Consejo de Seguridad de la ONU que podría atacar también otros países, el análisis se basó en la idea de que el conflicto se limitará por ahora a Afganistán.

El ministro de Exteriores afirmó ayer que la advertencia de EE UU es coherente con su idea de que hay otros países que protegen a los terroristas, pero agregó que 'no hay indicios de que se puedan producir ataques de esas características a corto plazo'.

'Todo lo contario', contestó Piqué, cuando se le preguntó si EE UU no está haciendo caso omiso de las reiteradas muestras de disponibilidad para contribuir con efectivos que ha realizado el Gobierno español. A su juicio, es 'evidente' el reconocimiento de la Administración Bush al papel que juega España. 'No estamos en una carrera por aportar nuestras tropas', aseguró el ministro, quien justificó el incondicional apoyo a Washington por 'simple coherencia'. 'España lleva años sufriendo el terrorismo' y 'no se entendería que no mostrara ahora su plena disponibilidad', argumentó.

Piqué salió al paso de las críticas del ex presidente Felipe González a José María Aznar por su tardanza en dirigirse a la opinión pública el pasado domingo. Es su opinión, estos comentarios no están justificados, 'salvo que se quiera criticar por criticar'. Los bombardeos empezaron a las 18.30 y el mensaje de Aznar se emitió hacia las 21.45.

El portavoz del Grupo Socialista, Jesús Caldera, reiteró ayer que, 'si fuera preciso el uso de las Fuerzas Armadas, es indispensable una autorización parlamentaria de orden político que fije el escenario de esa participación, sus objetivos y los resultados que con ella se pretenden'.

Por su parte, Felipe Alcaraz, de Izquierda Unida, criticó que 'de manera reiterada e indigna el Gobierno español esté ofreciendo tropas para la segunda fase de los ataques', sin haber solicitado el permiso al Congreso.