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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

Dos 'señores de la guerra' rechazan el Gobierno afgano elegido en Bonn

La oposición de Dostum e Ismail Jan deja pendiente de un hilo el pacto logrado por la ONU

Guillermo Altares

El poderoso general uzbeko Abdul Rahid Dostum, el único caudillo militar que ha sido capaz de estar sucesivamente en todos los bandos durante la interminable guerra afgana, rechazó ayer de plano el acuerdo sobre el futuro Gobierno de Afganistán alcanzado en Bonn. Aunque más moderado, el general Ismail Jan también ha rechazado los acuerdos de Bonn porque, según ha declarado a la BBC, 'sirven a intereses particulares y no a los de Afganistán'. Sin estos caudillos que controlan el noroeste del país, el pacto queda pendiente de un hilo.

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'Anunciamos nuestro boicot a este Gobierno y no iremos a Kabul hasta que no haya un Gobierno legítimo', dijo Dostum desde su feudo de Mazar-i-Sharif a la agencia británica Reuters. 'Estamos muy tristes, pero el acuerdo ha sido una humillación', agregó. El general uzbeko, conocido por su crueldad, su falta de escrúpulos, pero también por su habilidad florentina, aseguró que le habían prometido que controlaría el Ministerio de Exteriores, que finalmente permaneció en manos del doctor Abdulá Abdulá, que ocupaba este cargo en la Alianza del Norte.

Como si el pasado afgano surgiese de sus escombros, otro de los más siniestros personajes de la historia de este país, el caudillo pastún Gulbudin Hekmatyar, también ha condenado el acuerdo de Bonn desde su exilio iraní al asegurar que había sido impuesto por Estados Unidos. 'Esto pone en duda la legitimidad de la autoridad que ha emergido de esta conferencia', aseguró. Las palabras de Hekmatyar no dejan de ser curiosas porque, durante la guerra contra los soviéticos, fue el hombre que recibió mayores apoyos militares y logísticos por parte de la CIA, a pesar de su desatado islamismo radical y de la violencia extrema de sus tropas.

Por lo menos a corto plazo no parece probable que Hekmatyar, un pastún nacido en Kunduz que, a pesar de estar exiliado, sigue conservando muchos partidarios en Afganistán; Ismail Jan, un tayiko conocido como el León de Herat, feudo que acaba de reconquistar, y Dostum conviertan sus diferencias políticas en una ofensiva militar; pero el peligro está presente. Dostum y Hekmatyar fueron los dos principales responsables de la guerra civil que, entre 1992 y 1996, costó la vida a 50.000 personas sólo en Kabul, cuando todas las facciones que habían combatido a los soviéticos y al régimen procomunista de Najibulá se enfrentaron por el control del país.

De los tres rechazos al acuerdo de Bonn, el de Dostum es, sin duda, el más peligroso. Con la toma por sus tropas uzbekas de Mazar-i-Sharif, a principios de noviembre, comenzó la victoriosa ofensiva de la Alianza del Norte, que llevó a la oposición anti-talibán a conquistar Kabul en una semana. Y ahora el general no quiere quedarse sin su parte del pastel.

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En el mejor de los casos, si ni la ONU ni Estados Unidos logran que Ismail Jan y Dostum cambien de opinión, permanecerán como lo que han sido siempre: el gobernador de Herat, principal ciudad del oeste del país, y el virrey de Mazar-i-Sharif, la ciudad más importante del norte de Afganistán. Ambas, gracias a su situación geográfica, puntos neurálgicos para el contrabando y el comercio en Afganistán.

A sus 47 años, Dostum tiene el dudoso de privilegio de haber traicionado a todos aquellos con los que alguna vez luchó. Comenzó su carrera militar como oficial del Ejército afgano en tiempos de la invasión soviética y logró formar una milicia de 20.000 hombres que apoyó con vehemencia primero a los soldados de Moscú, luego al Gobierno de Najibulá, después a la Alianza del Norte y siempre a ninguno.

El general afgano Rashid Dostum conversa con periodistas cerca de Mazar-i-Sharif el 28 de noviembre.
El general afgano Rashid Dostum conversa con periodistas cerca de Mazar-i-Sharif el 28 de noviembre.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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