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DOS CASOS DE INTEGRACIÓN ESCOLAR

¿Gorra sí o gorra no?

Cuando Ebtessam, una marroquí de 13 años, llegó al instituto Parla VII con un pañuelo cubriéndole el cabello, el consejo escolar del centro ni tan siquiera se planteó el dilema hiyab sí, hiyab no. 'Vamos hacia un país multicultural, que es muy diferente a un país de asimilación, y las aulas son un reflejo de esta realidad', asegura Ángel Humanes, el director, quien está convencido de la imposibilidad de que el Ministerio de Educación o las administraciones autonómicas entren a regular esta cuestión.

'Es evidente que el derecho de escolarización está sobre cualquier otro, pero hasta ahora han sido los propios centros, dentro de su autonomía, quienes han venido solucionando el problema de la vestimenta con sus reglamentos de régimen interior. Y sin mayores problemas', manifiesta. Y señala una percha de su despacho repleta de gorras confiscadas a sus alumnos por llevarlas puestas en clase. '¿Va a entrar ahora el ministerio o la Consejería de Educación a decir gorra sí o gorra no?', se pregunta con ironía.

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Ebtessam, la única marroquí del centro que combina el chándal con el hiyab, está atónita con la polvareda que se ha levantado porque una compatriota quiera llevar pañuelo en un centro escolar. 'Yo nunca he tenido ningún problema', asegura tímidamente en un buen castellano. Esta adolescente tan sólo se ha encontrado con la curiosidad normal de sus compañeros que al principio le preguntaban por ésta y otras cuestiones de su país de origen. Soumía, de 14 años cazadora vaquera y moño al descubierto, le quita la palabra: 'En mi familia las mujeres mayores se ponen pañuelo, pero las más pequeñas ni una. Nosotros tenemos nuestra religión y vosotros la vuestra. Y se acabó el problema', dice y zanja la cuestión.

El director está convencido de que el caso de San Lorenzo de El Escorial ha levantado 'una polémica ficticia'. 'Lo que deberían hacer los centros con inmigrantes es preguntarse: ¿qué me puede aportar el otro y qué le puedo aportar yo? El tema es que haya un enriquecimiento mutuo, no una asimilación'.

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