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Fátima empieza a estudiar en el instituto público con la cabeza cubierta por un pañuelo

El consejo escolar se queja de que la escuela pública tenga que asumir un problema de la concertada

Antonio Jiménez Barca

Abrazada a su padre, asustada, rodeada de cámaras de televisión, Fátima Elidrisi, marroquí, de 13 años, ingresó ayer en el instituto público Juan de Herrera con el pañuelo de la polémica cubriéndole la cabeza. Así se sentó en la primera fila de segundo C. Llevaba cuatro meses sin ir a clase, primero rechazada por un colegio religioso, la Inmaculada Concepción, y luego por el Juan de Herrera. La directora de este centro de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Delia Duró, aseguró que acepta a Fátima 'de forma provisional'. La Comunidad de Madrid insiste en que la chica estudiará allí, con el pañuelo 'para siempre'.

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A las ocho y media de la mañana, Fátima llegó en coche al instituto. La acompañaba su padre, Alí Elidrisi, y varios miembros de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME). Y la esperaba una nube de 35 periodistas y la directora del colegio. Ésta, después de recibir a Fátima 'con los brazos abiertos', matizó que la incorporación de la joven marroquí era 'provisional'. El consejo escolar, que se reunió ayer, ratificó las palabras de la directora e insistió en el 'maltrato' que sufre la escuela pública al tener que asumir problemas de la concertada. Para la directora, la Comunidad de Madrid, que ha obligado a este instituto a incorporar a Fátima 'sin condiciones', esto es, con el pañuelo, debería obligar antes al colegio religioso que la rechazó primero. Junto con Fátima, en el instituto entró el padre y varios representantes de colectivos musulmanes que se reunieron con la directora. Gloria Blanco, madrileña de 36 años pero musulmana desde los 16, explicó a Duró el significado del hiyab: 'Es una seña de identidad de la mujer islámica. El islam no nos lo impone, lo llevamos como símbolo de nuestra religión, como los hombres musulmanes la barba'.

El padre, después de reunirse con la directora en el centro, salió del instituto y, muy nervioso, leyó que en este caso 'no hay ni vencedores ni vencidos, lo único que ha primado es la igualdad y el sentido común'. Después, manifestó que su hija 'es libre'. 'Yo no la obligo, ella quiere venir y estar con el pañuelo. Lo único que quiero y pido es que mi vida vuelva a ser como antes. Muchas gracias', añadió.

Mientras su padre decía esto a la puerta del instituto, la chica se sentaba en la primera fila de la clase de segundo C de la ESO. La primera materia que recibió fue matemáticas. La segunda, tecnología, que consistió en que los alumnos examinaran circuitos eléctricos. Los responsables del instituto le presentaron a dos chicas marroquíes de la misma edad, Nadia y Hayiya, también de segundo C. 'No habla mucho español, ha estado todo el tiempo callada', contaba Javier Benito, de 13 años, compañero de clase de Fátima. 'Los profesores nos han pedido que la tratemos bien, que está muy agobiada', añadió el chico.

Mohamed Bahmul, un estudiante marroquí de 14 años, aseguró que tanto Nadia como Hayiya 'no llevan el pañuelo en clase porque no quieren, pero en su casa, si está el padre, les obliga a ponérselo'.

Fátima no salió a ninguno de los dos recreos. Cruzó el patio una vez, pero sólo para cambiar de aula. A las dos, su padre vino a buscarla de nuevo en coche. Pero salió por la puerta de atrás, para evitar a los periodistas.

La directora del centro matizó que aceptaba provisionalmente a Fátima 'por una cuestión de principios'. 'Lo del pañuelo es ya puramente anecdótico, la cuestión de fondo es que tenemos un problema que nosotros no hemos creado, porque fue al colegio concertado a quien primero se le asignó esa alumna'.

El presidente de Educación y Gestión, patronal de los centros religiosos, defendió la postura del colegio Inmaculada Concepción en unas declaraciones a Efe y calificó el pañuelo de 'elemento diferenciador'. 'Se está avivando un ambiente de ataques a la enseñanza religiosa que hay que enterrar', añadió. Fuentes de la Consejería de Educación manifestaron que la incorporación de Fátima al instituto Juan de Herrera 'será completamente definitiva'.

Alí Elidrisi, en el centro, acompaña a Fátima al colegio junto a miembros de la asociación ATIME.
Alí Elidrisi, en el centro, acompaña a Fátima al colegio junto a miembros de la asociación ATIME.SANTI BURGOS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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