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'Siempre me decían que mi carrera era el Tour'

Son las diez de la mañana. Igor González de Galdeano acaba de desayunar. Está tranquilo pese a que a la puerta del hotel se están reuniendo poco a poco periodistas nerviosos con L'Équipe bajo el brazo. El diario francés publica una información que revela que en un control se le detectó al líder del Tour salbutamol.

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Son las diez de la mañana. Igor González de Galdeano acaba de desayunar. Está tranquilo pese a que a la puerta del hotel se están reuniendo poco a poco periodistas nerviosos con L'Équipe bajo el brazo. El diario francés publica una información que, bajo el interrogativo título '¿Hay un caso Galdeano?', revela que en un control se le detectó al líder del Tour salbutamol (Ventolín, de nombre comercial), una sustancia permitida siempre que se use inhalada para tratar el asma y siempre que haya una prescripción médica que la justifique. La información añade que Igor tiene justificante terapéutico y que la UCI no considera que haya caso Galdeano. Así que, en teoría, no hay problema. 'Pero no quiero hablar del asunto', advierte antes de la entrevista. 'Quiero centrarme sólo en el Tour, no quiero distracciones. Así que le agradezco que no me pregunte por el tema. En todo caso, es lo de siempre...' Hace un gesto con la mano evocando 'lo de siempre', algo así como un puerto suplementario para el líder del Tour.

Pregunta. Cuando juvenil era usted el mejor, de amateur también, sin embargo entró en profesionales por la puerta pequeña del Euskadi y hasta los 27 años no ha destacado plenamente. ¿No es un recorrido un poco atípico?

Respuesta. Cuando era joven yo era mucho corazón y poca cabeza. Me enseñaron a ser valiente, y yo me dedicaba a entrenarme y poco más. No tenía ningún cuidado. Casi, casi hacía de todo, y también andar en bicicleta. De amateur igual, me decían que tenía clase, pero yo en cuanto a alimentación y entrenamientos especiales no hacía nada. Estudiaba, salía con amigos que estaban fuera del ciclismo, he vivido un poco de todo esos años. Y en profesionales seguía igual. Soy un hombre que me gusta comer mucho... En definitiva, no tenía cuidados. No pensaba cómo podía mejorar. Hasta que un día conocí a Guillermo Cuesta, un médico deportivo que me enseñó poco a poco sobre alimentación, a entrenarme. Y a partir de ahí, de pesar 83 kilos a pesar 10 menos, y a mejorar hasta donde he llegado.

P. Sin embargo, la gente que le conocía dice que usted siempre ha escondido una gran ambición.

R. Pero sobre todo porque me lo decía Cuesta, que fue uno de los primeros que me dijo 'tú, Igor, harás algo en el Tour'. Y me lo dijo sin haber corrido nunca el Tour y sin haber fichado aún por el Vitalicio, cuando estaba en el Euskadi. Te lo dicen, pero hasta que no llegas no te lo crees.

P. Y, entonces, de repente, gana usted el prólogo de la Vuelta del 99. Usted no se sorprendió.

R. Uno se va sorprendiendo también poco a poco, pero también eres más veterano y sabes de lo que eres capaz. Y sólo te sorprendes cuando haces más de lo que eres capaz, pero si está ahí, personalmente no te sorprendes.

P. Aquella Vuelta fue una escuela de endurecimiento, acabó usted segundo pero casi cojo.

R. Fue una Vuelta especial porque era la primera vez que estaba ahí arriba, los nervios, me vino todo de golpe. Pero tuve la suerte de tener a Mínguez, mi director, que tenía gran experiencia en esto.

P. Luego se operó de la rodilla. ¿Llegó a pensar que no volvería a ser el de antes?

R. No. Tampoco era una lesión importante aunque me impedía andar en bici. Pero siempre hay miedo de que se reproduzca.

P. Después fichó por el ONCE-Eroski. ¿Ya llegó al equipo de Manolo Saiz pensando en el Tour?

R. Yo pensaba en el objetivo que me marcaran, pero Manolo siempre me decía que la carrera que mejor me venía era el Tour, y me lo dijo Unzue cuando estuve a punto de fichar por el Banesto.

P. Debuta en el Tour a los 27 y queda quinto. ¿Eso significa que le gustó?

R. Me gustó. Se ve que es la mejor carrera, el único sitio donde el público valora tu esfuerzo de verdad. Por poco que hagas, aunque vayas el último, el público te lo valora. Me gustó por eso.

P. Con esa mentalidad, se supone que nada más terminar el Tour 2001 ya estaría pensando en preparar el de 2002.

R. El Tour está por encima de cualquier vuelta. Me ha marcado Manolo el objetivo Tour y Vuelta, pero primero el Tour; aquí lo daré todo. A la Vuelta iré e intentaré hacer un buen papel.

P. ¿Ha estado toda la preparación enfocada al Tour?

R. Me he entrenado mucho y he seleccionado bien las carreras, que han sido pocas, la Vuelta a Alemania y Midi Libre, con etapas largas. Ha hecho buen tiempo, no he tenido ningún percance y encima he tenido buenas actuaciones .

P. Con lo que habrá llegado al Tour con ganas de competir.

R. Llevamos aquí no sé cuántos días y no estoy cansado psicológicamente. Eso es importante. En cambio en la Vuelta, cuando llevas el día número 12 ya dices 'jopé, lo que queda todavía'. Y aquí está esperando, 'vamos a ver si llegan los Pirineos'.

P. Y llega vestido de amarillo. Da la impresión de que no le agobia nada el liderato.

R. Este maillot, sin embargo, sí que presiona, o más que el maillot, presiona el entorno. Pero es que ha sido mi sueño, he cumplido un sueño, ser líder del Tour, una cosa que la veía en la tele y me parecía inalcanzable.

P. Usted comparte oficialmente el liderato del equipo con Joseba Beloki. Desde fuera parece una relación complicada.

R. Si actuamos juntos salimos beneficiados los dos. Si los escaladores me atacan y se van para adelante, Joseba se puede ir con ellos, a rueda. Y si va así, les frena. Y si quieren seguir se lo llevan. Y Joseba siempre se va a beneficiar, puede ganar la etapa, sacar tiempo... Y yo, atrás, como va Joseba, que es un candidato, me voy a beneficiar de los que tiren por detrás para cogerle.

P. Uno se tendrá que sacrificar, no van a ganar los dos.

R. Es decisión del director.

P. Un ciclista con personalidad fuerte, como usted, ¿cómo se siente con un director que también es toda una personalidad?

R. A Manolo le tengo respeto, por supuesto, y él es el que ordena y toma las decisiones. Y de momento estoy muy contento con él. En este equipo todo se habla. Siempre nos reunimos después de las etapas, y se hablan las circunstancias de carrera, por si me he puesto yo nervioso, o se ha puesto él o se ha puesto Joseba. Y al día siguiente se intentan solucionar las cosas. El ciclismo es un deporte individual, pero dentro de un equipo en el que manda un director. Como rompas esa relación entre director y corredor, el equipo está destrozado.

Igor González de Galdeano, saludado por su madre, Edurne, ayer antes de la salida.
Igor González de Galdeano, saludado por su madre, Edurne, ayer antes de la salida.REUTERS

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