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Dos meses de lucha contra el chapapote | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

La deuda de Carnota con los voluntarios

Hoy se cumplen dos meses desde que la rotura fatal y aún sin causa conocida de una de las paredes del Prestige diera inicio a la mayor catástrofe medioambiental sufrida en aguas españolas. Sesenta días de lucha cuerpo a cuerpo contra el chapapote que el alcalde de Carnota, Xosé Manuel García, del BNG, resume desde el punto de vista de quienes estuvieron más cerca de la mancha.

"Aquí, en Carnota, y en Galicia, tenemos una deuda histórica con los voluntarios. Porque durante el primer mes estábamos soliños. El Ayuntamiento tuvo que crear tres brigadas de medio ambiente y contratar a 50 personas, con lo que significa eso para un ayuntamiento de sólo 5.600 habitantes. Los voluntarios fueron un gran apoyo moral, no sólo logístico. Estábamos el Ayuntamiento, las cofradías y los voluntarios. Nada más. Ni Estado ni Ejército ni nada. Y no había forma de sacar esas miles de toneladas de chapapote, de un metro de grosor, que amenazaban a las piscifactorías y los bancos de nécoras, centollos, pulpos, navajas, erizos...".

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"Fue una angustia enorme. Luchábamos contra reloj. La gente que trabajaba con cadenas humanas, con simples cubos y palas, era encomiable, pero así no solucionábamos nada. Después de mucho insistir se mecanizó la cuestión: en diez días, gracias a las arañas mecánicas que nos trajeron, que bajaban a pie de agua y con cada cucharón sacaban una tonelada, las palas mecánicas, las máquinas cribadoras... sacamos todo ese fuel que se nos resistía. Ahora, el trabajo más duro está en las rocas y en el efecto sándwich, que oculta el petróleo bajo la arena. La gente que no es de mar, que no entiende el rollo de las mareas, se sigue desesperando, sobre todo desde que hace diez días empezaron a inundarse otra vez las playas. Pero la verdad es que ahora nos sentimos menos desamparados. Ni comparación con el primer mes. Al menos tenemos máquinas, y el Ejército está aquí. Aun así, seguimos necesitando a los voluntarios. Trabajan un día y al siguiente se lo encuentran todo otra vez lleno de chapapote. Es una pesadilla, un túnel negro en el que no se ve la luz...".

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