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AMENAZA DE GUERRA | El debate entre los aliados

EE UU echa otro pulso a la "vieja Europa"

Rumsfeld acusa a París y Berlín de querer aislarse y de minar la credibilidad de la ONU y la OTAN

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, no desaprovechó su visita ayer a la "vieja Europa" con motivo de su intervención en la 39ª Conferencia de Seguridad de Múnich para poner banderillas negras a franceses y alemanes. Con humor e invocaciones a la historia, pero en un tono innegablemente displicente, el jefe del Pentágono acusó a Berlín y París de estar minando la credibilidad de la ONU con su insistencia en pedir más tiempo para los inspectores y también la de la OTAN por bloquear los medios para defender a Turquía ante un eventual contraataque de Irak. "Me temo que el problema es que Francia y Alemania se aíslen a sí mismas más que a EE UU", afirmó. El ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, le contestó, en un auténtico duelo dialéctico, que "los análisis norteamericanos de la amenaza" que representa Irak no le convencían ni a él ni "a la opinión pública" de su país.

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Rumsfeld insistió en que los europeos deben admitir de una vez por todas que el 11 de septiembre y la amenaza global del terrorismo han alterado todos los supuestos estratégicos del siglo XX y que sólo hay dos caminos para enfrentarse al nuevo reto: las coaliciones ad hoc, según lo determine la misión, y el ataque preventivo. "Nuestra coalición contra el terrorismo incluye hoy unas 90 naciones. Es la más grande coalición de la historia", aseguró, para añadir acto seguido que su gran ventaja es que se trata de "una coalición a voluntad" a la que "cada día se suman nuevos países". Aquí citó la Carta de los Ocho (firmada por los líderes de Reino Unido, España, Italia, Dinamarca, Hungría, Polonia, Portugal y República Checa).

Señal de indecisión

En cuanto a la necesidad de actuar ya contra el régimen de Bagdad, el secretario de Defensa señaló que "los riesgos de una guerra deben ser comparados con los riesgos de no hacer nada mientras Irak continúa haciéndose con armas de destrucción masiva". Por eso, afirmó, en clara referencia a Francia y Alemania: "Aquellos que aconsejan que debemos retrasar los preparativos de guerra, irónicamente hacen que la guerra sea más probable, porque retrasándolos se envía una señal de indecisión, no de unidad y de resolución".

Tras recordar que con la resolución 1.441 "ya son 17 las resoluciones de la ONU que Sadam desafía", Rumsfeld subrayó, en un nuevo recado a París y Berlín, que el Consejo de Seguridad aprobó esta última por unanimidad y que en ella se dice muy claro que Irak tiene la "última oportunidad para cumplir con sus obligaciones de desarme". El jefe del Pentágono arremetió después contra el papel de Naciones Unidas en esta crisis, a la que llegó a comparar, si no se enmienda, con la desacreditada Sociedad de Naciones. Rumsfeld también criticó sin citarlos a Francia, Alemania y Bélgica por bloquear los mecanismos de la OTAN para defender a Turquía, y advirtió: "Aquellos que impiden a la Alianza adoptar un mínimo de medidas a este fin están poniendo en riesgo su credibilidad".

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En un tono muy distinto, modesto y apasionado, el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, respondió a Rumsfeld afirmando que "la mayoría de las opiniones públicas europeas estaban en contra de la estrategia de EE UU hacia Irak" y que, si bien "Alemania no tiene el monopolio de la sabiduría", ni él ni los alemanes comparten el análisis de EE UU sobre la amenaza que representa Bagdad. Fischer destacó que con la 1.441 "Irak está ahora bajo mayor control que nunca" y que un guerra "supondrá más islamización y más inestabilidad" en los países árabes. El ministro alemán aseguró que su país no estaba desafiando a EE UU, sino tratando de "mantener el orden mundial" y recordó la participación de Alemania en la guerra de Kosovo y en la estabilización de Afganistán.

La ministra de Defensa francesa, Michele Alliot-Marie, le recordó a Rumsfeld que "las coaliciones ad hoc son débiles" y que "en ningún caso pueden sustituir la visión común de la seguridad que supone una alianza" . "La defensa colectiva debe construirse con diálogo y respeto a las opiniones de los otros", sentenció una de las pocas mujeres que integran esta "élite de la guerra", como llamaban a este foro los miles de personas que se manifestaron ayer a favor de la paz en un Múnich cubierto por la nieve.

Donald Rumsfeld (izquierda) estrecha la mano de Joschka Fischer ayer en Múnich.
Donald Rumsfeld (izquierda) estrecha la mano de Joschka Fischer ayer en Múnich.ASSOCIATED PRESS

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