El alcalde de Madrid se aleja de la doctrina fiscal y presupuestaria del PP
La línea argumental del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, está clara: más recaudación para emprender más obras e inversiones en la capital, aunque sea a costa de subir impuestos o endeudar al municipio. El Ayuntamiento de Madrid gastará en 2004 un 26% más que en el ejercicio anterior, un aumento que pocas administraciones del PP se permite.
Pero esta política fiscal y de inversiones choca con la doctrina del Gobierno y del PP: congelación de impuestos, austeridad presupuestaria, déficit cero... Esperanza Aguirre, por ejemplo, seguirá la ortodoxia del partido al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid: eliminará de forma progresiva el impuesto de sucesiones y congelará el impuesto sobre los carburantes -el denominado céntimo sanitario- destinado a mejorar la sanidad pública madrileña.
Pero Aguirre no está sola. El portavoz de Economía del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, ensalzó ayer los Presupuestos Generales del Estado para 2004 porque son los que "necesita España" al garantizar "que el país siga creciendo con vigor" profundizando en el crecimiento del empleo, junto a bajada de impuestos, fundamentalmente para las pymes y autónomos.
Pujalte alabó la bajada de la presión fiscal de las cuentas públicas para el próximo año con la congelación que introduce en los módulos del IRPF e IVA, con lo que se apoya al tejido industrial.
Poco antes, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, insistió en el saneamiento de las cuentas públicas, "clave para poner en marcha importantes rebajas fiscales que han dinamizado la economía", y pieza fundamental del crecimiento económico y de la creación de empleo.
En este punto, insistió en que la rebaja plena del IRPF para 2004 aumentará un 1,7% la renta media familiar y supondrá un ahorro medio de 326 euros por hogar.
