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Reportaje:TENIS | La final de la Copa Davis

La víctima de 2001

Arthurs, descartado entonces del doble, tuvo que jugar el último y decisivo partido individual contra Francia al lesionarse Rafter y lo perdió

"¿Qué ocurriría si John Fitzgeral [el capitán del equipo australiano] le dijera que no juega el doble?", se le ha preguntado estos días a Wayne Arthurs. "Que me sentiría muy decepcionado", ha respondido sin alterarse. "¿Y si luego tuviera que jugar un quinto punto decisivo?", se le ha insistido. "No voy a contestar a más hipótesis", ha concluido sonriente. Parece una historia macabra, pero eso fue precisamente lo que le ocurrió a este tenista de 32 años en la final de la Copa Davis de 2001, que Australia perdió (2-3) contra Francia en la misma pista y la misma hierba en la que ahora encara a España.

Arthurs, cuyo padre, Derek, nació en Belfast y fue jugador del conjunto británico, estuvo entrenándose a fondo durante dos semanas para disputar el doble, supuestamente vital, contra el cuadro francés. A última hora, sin embargo, fue descabalgado porque los capitanes confiaron más en Patrick Rafter y Lleyton Hewitt. Aquello resultó un pequeño trauma para un jugador al que ya no le quedaba mucho tiempo como profesional. Pero la tragicomedia continuó luego al lesionarse Rafter y tener que afrontar él nada más y nada menos que el último y resolutorio encuentro. Cayó ante Nicolas Escudé y acabó llorando desconsoladamente con la cabeza tapada entre los brazos. Aquella derrota afectó su carrera durante meses.

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Ahora todo es distinto. Arthurs se ha consolidado como doblista y a nivel individual -es el 11º jugador mundial tras haber ganado cuatro títulos- y eso le ha llevado de nuevo a la Davis.

Claro que su compañero es más famoso. Todd Woodbridge incluso le acompleja. Aunque tiene la misma edad, su palmarés está adornado con 78 trofeos en dobles, de los que 15 son del Grand Slam. Este año incluso se ha adjudicado el Open de Estados Unidos y Wimbledon junto al sueco Bjorkman. "Me sentía inferior a él y tenía complejos", reconoce Arthurs, "pero he crecido. Ya tengo mucha más confianza cuando juego con él".

Arthurs y Woodbridge se han consolidado como el dúo australiano de la Davis tras la retirada de Mark Woodforde. En esta temporada se anotaron su punto ante Gran Bretaña, Suecia y Suiza.

Ahora se enfrentan a una pareja nueva, la compuesta por Àlex Corretja y Feliciano Lopez. "Feliciano pega muy fuerte a la bola y tiene buenos golpes", dice Woodbridge, "pero la experiencia de [Albert] Costa [descartado] habría sido más importante". Arthurs sólo piensa en la victoria. Pero asegura que sabría cómo jugar el quinto partido individual si tuviera que hacerlo: "Estoy mucho más preparado que en 2001".

Wayne Arthurs, en un resto.
Wayne Arthurs, en un resto.AFP

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