_
_
_
_
_
Reportaje:EL DEBATE DE CONVALIDACIÓN DEL DECRETO-LEY | EL FIN DEL TRASVASE DEL EBRO

Narbona: "Más agua, en menos tiempo y más barata"

Los argumentos principales en la sesión plenaria que puso fin al proyecto de la obra hidráulica más polémica de los últimos años

El trasvase del Ebro no murió en paz. Los estertores parlamentarios de la obra de 914 kilómetros que ayer caducó definitivamente en el Pleno del Congreso fueron turbulentos. La convalidación del decreto-ley que derogó el artículo 13 de la Ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) que preveía el trasvase de 1.050 hectómetros cúbicos de ese río fue un resumen, cargado de tensión e insultos, de los argumentos utilizados por sus partidarios y detractores desde hace años. Entre continuas interrupciones, sobre todo por parte de los diputados del grupo popular, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y la portavoz del PP, María Teresa de Lara, expusieron los perjuicios y bondades que, a su entender divergente, el trasvase hubiera propiciado.

De Lara, portavoz del PP: "Hoy es un día triste para el levante y el sureste español"
Narbona: "Es difícil consensuar nada con quien no quiere escuchar, señorías"
Más información
Protección de Datos abre expediente de sanción al acto 'Agua para todos'
El Congreso convalida la derogación del trasvase del Ebro con gran bronca del PP
Medio Ambiente hará públicos los informes a favor y en contra del trasvase del Ebro

- Alcance de la derogación. Cristina Narbona afirmó que esta decisión del Gobierno ratificada ayer por el Congreso no es sino "el comienzo del cambio en la orientación de la política del agua, que llevará un tiempo, pero se hará". Con su alternativa, Narbona aseguró que "los ciudadanos van a tener agua de calidad, en menos tiempo y a menor coste para el erario público". La portavoz De Lara comenzó su intervención con una frase contundente: "Hoy es un día triste para el Levante y el Sureste español". Para esta diputada, la paralización del acueducto significa "cercenar las esperanzas de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, (...) que observan con estupor cómo siguiendo la consigna del señor Maragall de ni una gota de agua del Ebro para Levante y Andalucía, el Gobierno de España les niega el agua a la que tienen derecho".

- El amor y el diálogo. "Esto es como el amor; no hay amor si uno de los dos no quiere". Cristina Narbona utilizó este símil para describir la postura de la oposición contra su alternativa, lo que le llevó a proponer al Gobierno el decreto-ley que se convalidaba ayer. De Lara le había explicado antes las razones de su "tristeza" ante la derogación del trasvase: "Sin diálogo, sin consenso, sin atender a razones y excusándose en falsas explicaciones, el Gobierno va a impedir a través de un real-decreto que continúe el desarrollo económico de esas zonas". La ministra insistió más tarde en que "es difícil consensuar nada con quien no quiere escuchar, señorías". "Además de los grupos de esta Cámara que representan a la mayoría de los españoles, saben ustedes que Comisiones Obreras y UGT, y dos de las tres organizaciones agrarias, UPA y COAG, apoyan la decisión de este Gobierno; y todas las organizaciones ecologistas están felices porque se derogue el trasvase del Ebro", se explayó Narbona para describir el "respaldo de la sociedad" a la derogación del acueducto.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

- Plantas desaladoras. La ministra Narbona quiso recordar que en su plan alternativo al trasvase, "hay más de cien actuaciones, de las que sólo 20 son desaladoras". En todo caso denunció la "campaña" contra la desalación por parte del Partido Popular llamando a comprobar "en las hemerotecas" que "cuando ese partido inauguraba una desaladora sabía perfectamente que, por ejemplo, existen técnicas que evitan que la salmuera sea un problema ambiental". Ante la acusación de improvisación en sus planes para la desalación que le lanzó el PP, -"son un brindis al sol; se desconoce su ubicación", dijo De Lara-, Narbona replicó que "las desaladoras no se van a colocar a voleo como ustedes parece que insinúan". La ministra anunció que ya está hablando con los ayuntamientos concernidos por su instalación para convenir con ellos los detalles de las plantas. De Lara contestó al Gobierno que su "mal llamada alternativa (...) y la nueva cultura del agua apuestan por la desalación masiva que conlleva un mayor coste económico, energético y medioambiental". Estos tres adjetivos del coste de la desalación ocuparon gran parte del debate entre las diputadas que aludían a cifras diferentes para sustentar sus argumentos. De Lara acusó a la ministra de mentir hasta en siete ocasiones, comenzando su parlamento con la frase: "Es falsa la afirmación de la señora ministra...".

- Más caudal, más barato. Los aportes de agua y el coste de las soluciones enfrentadas para terminar con el déficit hídrico del Mediterráneo enzarzaron a PSOE y PP en una guerra de cifras enfrentadas. Mientras Narbona tildó de "despilfarro" al proyecto de trasvase del Ebro, cuyo presupuesto previsto por el PP (4.200 millones), "y de acuerdo con los informes de la propia Comisión Europea, no era creíble, sino muy infravalorado", De Lara, sin entrar en su coste, defendió el trasvase porque "con las medidas que usted prevé ya contempladas en el anexo de inversiones del PHN sólo se consiguen 1.100 hectómetros cúbicos de agua" que no colman "los 2.150 hectómetros de déficit del arco mediterráneo que se cubrirían con el trasvase".

- Kioto y la energía eólica. El Gobierno y el PP chocaron durante el debate en las exigencias de reducción de las emisiones de CO2 que impone a España el Protocolo de Kioto, y su relación con el uso de energía que implica la desalación. "A ustedes no les preocupó el cumplimiento del Protocolo cuando estaban en el Gobierno", desenvainó la ministra. "¿Ha calculado usted el incremento de emisiones de dióxido de carbono que se producirá como consecuencia del incremento de consumo energético?", retó De Lara.

La nueva responsable de Medio Ambiente acusó al PP de no haber promocionado el uso de las energías renovables y afirmó que el Gobierno va a asociar aerogeneradores a las plantas desaladoras para reducir el uso de hidrocarburos, "allí donde se pueda".

El grupo popular calificó la idea de "insulto a la inteligencia", pues "la energía eólica, señorías, no ofrece ni la garantía, ni la regularidad necesaria en el suministro" para la desalación por ósmosis inversa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_