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LA BATALLA AERONÁUTICA

Europa presenta el nuevo Airbus como un modelo de liderazgo tecnológico

Chirac, Schröder, Blair y Zapatero se comprometen a aunar esfuerzos en nuevos proyectos

El bautizo del nuevo gigante de los aires, el Airbus A380, ayer en la sede central de la compañía en la población francesa de Toulouse, se convirtió en un acto de afirmación europeísta al que incluso se sumó el primer ministro británico, Tony Blair, para quien es "el símbolo de la capacidad de competir en el mercado global". "El paquebote del aire", como lo definió el presidente francés, Jacques Chirac, o el "monumento a la inteligencia, a la fuerza y a la capacidad de superación del ser humano", en palabras del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para quien Europa "no tiene límites". El canciller alemán, Gerhard Schröder, por su parte, recordó que el A380 demuestra lo que se puede lograr dentro de "la tradición de la buena vieja Europa", que según él no es otra que la de "la cooperación".

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Los cuatro líderes aprovecharon la jornada para celebrar un almuerzo privado en el que abordaron los temas más espinosos de la economía europea. Entre ellos, la financiación y el modo de subsanar la pérdida de fondos de cohesión que sufrirá España con la entrada de los nuevos socios.

Cerca de 5.000 invitados se congregaron en el inmenso hangar de la empresa aeronáutica europea en Blagnac, a las afueras de Toulouse, para asistir a la presentación oficial del mayor avión civil de la historia, con más de 70 metros de largo, 64,4 metros de envergadura y capacidad para transportar más de 800 pasajeros en su versión chárter y un radio de acción de 15.700 kilómetros.

Para recibirlo en sociedad estaban los máximos mandatarios de los cuatro países europeos que forman el consorcio: Francia, Alemania, Reino Unido y España. Airbus es propiedad en un 80% del consorcio aeronáutico y de defensa europeo EADS -en el que el Estado español mantiene una participación del 5,5% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)-, y en un 20% del grupo británico BAE System. Además del porcentaje español, en el consorcio EADS participan Sogeade -sociedad compuesta por la empresa francesa Lagardère y el Estado francés (30,2% del capital)- y el fabricante germano-estadounidense DaimlerChrysler (otro 30,2%). El 34,08% restante está en el mercado.

Junto a los cuatro mandatarios figuraba el padre ejecutivo de la criatura, el presidente de Airbus y futuro presidente del consorcio EADS, Noel Forgeard. Por detrás, los dirigentes de las 14 empresas aéreas que creyeron en el proyecto y lo avalaron con sus pedidos. El hangar se convirtió en un improvisado escenario tras el que se escondía el gigante de los aires, que no se hizo visible hasta que terminaron el espectáculo escénico que se extendió en demasía y los discursos, no muy largos, de Chirac, Blair, Schröder y Zapatero.

Para el presidente francés, la aventura del A380 ha sido "un gran éxito para Europa" que debía repetirse en otros campos como "la energía, los transportes y las telecomunicaciones o los medicamentos del futuro". Chirac apuntó que la recién creada Agencia de Innovación Industrial francesa podría ser "la primera piedra" de un gran enfoque europeo basado en "la fuerza de nuestras empresas y laboratorios", de modo que la industria europea esté en la punta de la innovación y "en el corazón de los mercados".

Schröder, por su parte, hizo una alabanza del "arte de la ingeniería" y sugirió incorporar nuevos socios al consorcio EADS; concretamente Rusia, "uno de los mercados más importantes y una industria aeronáutica interesante en el plano tecnológico", dijo.

El primer ministro británico, Tony Blair, quiso hacer hincapié en que desde el primer momento se tuvo en cuenta el impacto en el medio ambiente al concebir el A380 y centró su discurso en los grandes beneficios económicos e industriales que reporta. Blair reconoció que hace sólo un año y medio, cuando visitó la factoría donde se fabrican las alas del A380, no acababa de creerse que sería posible el proyecto. "Hoy es la culminación de muchos años de trabajo", dijo, que repercutirá en el tejido productivo europeo.

"Europa es imparable, tiene la capacidad de liderar y no tiene límites", dijo José Luis Rodríguez Zapatero, el último en intervenir. "Este avión es la realización de un sueño, y sólo ha sido posible porque cuatro banderas se han unido porque hay una bandera azul de la Unión Europea". "Europa es imparable cuando une sus esfuerzos", dijo Zapatero, y España está "orgullosa" del papel desempeñado en el nuevo avión y está dispuesta a "aumentar su participación en los nuevos proyectos" de Airbus. "En nuevos sueños", añadió.

La aportación industrial española en el A380 se eleva al 10% del programa, distribuido entre las fábricas de Airbus en Getafe (Madrid), Illescas (Toledo) y Puerto Real (Cádiz), en colaboración con otras 10 compañías auxiliares españolas subcontratadas por Airbus.

Al acto asistieron el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall; el de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el de La Rioja, Pedro Sanz.

Los empleados de Airbus daban ayer la bienvenida al nuevo avión A380 en Toulouse.
Los empleados de Airbus daban ayer la bienvenida al nuevo avión A380 en Toulouse.REUTERS

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