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Reportaje:ELECCIONES EN IRAK | La mayoría chií

Los chiíes se acercan al poder

La comunidad mayoritaria en Irak vota con entusiasmo y su participación alcanza el 80%

Ángeles Espinosa

"¿Cómo has podido votar por Alaui si es un baazista?", reprende cariñosamente Abu Husam a su primo Basem, a quien ha telefoneado a Basora, la principal ciudad del sur de Irak, para ver qué tal ha pasado la jornada electoral. Abu Husam se ha inclinado por la lista 169, como todo el mundo conoce ya la candidatura de la Alianza Unida Iraquí, compuesta por los dos principales partidos islamistas chiíes. "Es la favorita en mi barrio", justifica, pero al margen de preferencias personales ambos reflejan el entusiasmo y la diversidad de opinión de la comunidad chií, que supone dos tercios de la población de Irak. En las regiones sureñas, pobladas mayoritariamente por fieles a esta rama del islam, la participación se acercaba al 80%.

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La oportunidad histórica que la cita con las urnas representa para los chiíes, apartados del poder desde la independencia de Irak en 1932, quedó patente ayer en las largas colas que se formaron en los colegios electorales de las ciudades del sur. Los datos de participación en esa zona rondaban el 80%. Tanto en Basora como en Kut, Nasiriya o Nayaf, mujeres cubiertas con abayas, las piezas de tela negra que les tapa de la cabeza a los pies, esperaban en una fila distinta a la de los hombres a que las encargadas de la seguridad les cachearan antes de franquearles el paso al centro de voto.

Todos los observadores esperan que, de acuerdo con su peso demográfico, los chiíes dominen la Asamblea Nacional, y buena parte de los 18 Consejos provinciales, que se eligieron ayer. La reverencia de los chiíes por el gran ayatolá Alí Sistani, una figura equiparable al Papa para los católicos, y el hecho de que algunos de sus consejeros figuren en, o hayan recomendado la lista 169, la convierte en favorita. No obstante, la diversidad de tendencias dentro de esta comunidad deja margen para sorpresas.

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La candidatura 169, cuyos rivales tachan de "lista chií", pero que también incluye al grupo laico de Ahmed Chalabi y a pequeños partidos kurdos y turcomanos, ha tratado de dar una imagen intercomunitaria. Así, en zonas urbanas de clase media, sus carteles muestran a una mujer con la cabeza descubierta y un hombre con aspecto de ejecutivo. Sus dirigentes han prometido que no nombrarán a clérigos para puestos ministeriales.

"He votado a la 169 porque es una lista que refleja la diversidad en nuestro país y en la que participan grupos de todas las comunidades", asegura Abu Zeinab, pese a que la candidatura está dominada por los principales partidos islamistas chiíes, la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII) y Al Dawa. A este parasicólogo bagdadí no le preocupa la influencia de los clérigos. Sin embargo, Basem, primo de Abu Husam, recela de su impronta.

"Me he decidido por Alaui porque es un chií laico", explica en conversación telefónica. Frente a lo que pudiera esperarse, Basora es un terreno difícil para la 169. El hecho de que la ASRII controle el Gobierno provincial desde hace un año puede restarle votos, ya que se ha mostrado tan incapaz de restaurar los servicios públicos como los ocupantes con anterioridad. Sin duda obtendrá mejores resultados en las ciudades santas de Nayaf, Kufa y Kerbala, donde algunos clérigos no han tenido empacho en utilizar sus púlpitos para recomendar esa candidatura, aunque muchos otros recelan de sus lazos con Irán.

Pero, además de la opción de votar por Alaui para frenar a los islamistas o elegir a candidatos locales, está por ver cuál ha sido el influjo de los seguidores del clérigo radical Múqtada al Sáder. "Personalmente me mantendré al margen [de las elecciones] hasta que los ocupantes se mantengan al margen de ellas y nuestros queridos suníes puedan participar. Entre tanto carecerán de legitimidad", declaró al inicio de la campaña con la tranquilidad de que varios de sus aliados están en la 169.

Decenas de iraquíes hacen cola para votar en un colegio electoral de Nasiriya, unos 375 kilómetros al sur de Bagdad.
Decenas de iraquíes hacen cola para votar en un colegio electoral de Nasiriya, unos 375 kilómetros al sur de Bagdad.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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