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Kofi Annan lanza un plan contra el cambio climático de África

El continente es especialmente vulnerable al calentamiento

Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas, propondrá hoy a la cumbre del clima que se celebra en Nairobi (Kenia) la puesta en marcha de un plan para África sobre cambio climático, que atienda a las necesidades de este continente especialmente pobre y vulnerable a los efectos dañinos del calentamiento global. El proyecto cuenta con el apoyo de prácticamente todos los delegados en la cumbre, así como de las ONG.

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La conferencia, que arrancó la semana pasada, inicia hoy su fase final ministerial de tres días de duración, en la que se espera que los máximos representantes de los países puedan tomar decisiones que cierren aspectos de las negociaciones que aún permanecen abiertos. Varias cuestiones han sido ya acordadas y cerradas, explicó ayer con satisfacción Yvo De Boer, secretario general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC). La puesta en marcha funcional del plan de adaptación al cambio climático es el logro más destacado hasta el momento.

África ha sufrido récords de altas temperaturas en los últimos años. Es especialmente sensible a la sequía, y el calentamiento estará este siglo entre dos y seis grados centígrados, advierten los científicos. La subida del nivel del mar aumentará el número de personas en riesgo de sufrir inundaciones de un millón en 1990 a unos 70 millones en 2080. El 30% de las infraestructuras costeras están en riesgo, sobre todo en el Golfo de Guinea, Senegal, Gambia y Egipto. Las emisiones de CO2 son sólo el 2% o el 3% del total mundial, con una media de 0,8 toneladas de CO2 por habitante y año, frente a 3,9 de media mundial, según datos de 2000.

Éstos son algunos de los datos de la UNFCCC acerca de la desoladora perspectiva para el continente africano asociada al cambio climático. Annan se ha empeñado en la labor de poner en marcha un programa para África, específico y efectivo, orientado esencialmente a la capacitación humana para que sus países puedan acceder a las ayudas ya establecidas en el ámbito del protocolo de Kioto para el mundo en desarrollo. La financiación procedería de organismos de la ONU y de contribuciones voluntarias de los países.

"Desde el punto de vista de los sindicatos, vemos cómo el cambio climático afecta a largo plazo al trabajo, a las familias, a la vida de la gente; tenemos planes de actuación aquí pero necesitamos tanto ayuda para ellos como la implicación de nuestros gobiernos en los problemas medioambientales del continente", declaró ayer Wafula Musamia, vicepresidente de la coordinadora de sindicatos africanos de construcción, madera y bosques. Musamia, explicó, por ejemplo, cómo están suministrando plantones de árboles a los trabajadores de la madera y a los campesinos, o cómo proporcionan materiales de construcción alternativos a la madera. Todo ello para evitar la deforestación de sus tierras.

El responsable de CC OO para medioambiente y presidente de la fundación Trabajo Sostenible, Joaquín Nieto, defendió la utilidad del plan de Annan para hacer frente a las necesidades africanas ante el cambio climático. Destacó también la preocupación de los sindicatos por las políticas de cambio climático en las condiciones de trabajo y la distribución del empleo.

Por su parte, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció el lunes que va a proponer a los miembros la UE que se establezca un impuesto sobre las importaciones de los países que después de 2012 no se adhieran a los tratados sobre control de las emisiones, informa desde París J. M. Martí Font.

Villepin se refirió a "las dificultades" que están surgiendo en la conferencia de Nairobi, que en su opinión reflejan que "algunos países podrían estar tentados de rechazar comprometerse a nuevos esfuerzos tras 2012", límite impuesto en el Protocolo de Kioto.

Secuestro de carbono

Una de las tecnologías que han irrumpido con fuerza para reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera es el secuestro de carbono. Se inyecta en depósitos geológicos naturales a gran profundidad, o en los océanos, dióxido de carbono captado donde se produce: plantas energéticas o pozos de petróleo o gas, algo que se ensaya ya en el norte de Europa y en California. En Nairobi se discute si incluirlo en los proyectos de reducción de emisiones.

Hay opiniones dispares, como explicó ayer Yvo De Boer, secretario general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. La UE defiende el secuestro de carbono como una tecnología útil. También China, a quien el secuestro de CO2 ayudaría a contener sus emisiones.

Sin embargo, la tecnología no está madura todavía, y esos depósitos subterráneos, o acuáticos (la opción oceánica está aún más verde que la geológica) podría sufrir escapes, como reflejó un estudio del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, organismo científico de Naciones Unidas, realizado el año pasado.

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