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Reportaje:Apagón contra el calentamiento

Una eléctrica a media luz

La compañía Unión Fenosa apagó la iluminación de sus sedes, mientras los clientes reducían el consumo un 2%

María R. Sahuquillo

A media luz. A las 19. 55 de tarde de ayer se apagaron todas las luces en la sala de operaciones de una de las principales centrales de Unión Fenosa de Madrid. Todas menos una. Lo justo para que los técnicos pudieran ver el bailoteo de números y curvas de consumo que indicaban que se secundaba el apagón energético de cinco minutos convocado por varias asociaciones ecologistas "para dar un respiro al planeta" .

"Mira, mira, está bajando. No mucho, pero se nota...", decía una trabajadora señalando la pantalla de plasma del ordenador. A la hora del apagón se habían congregado en semioscuridad de la sala unas 15 personas entre técnicos y curiosos que observaban expectantes las pantallas. "Estamos aquí más por morbo que por necesidad", explicaba Nacho Gómez, Jefe de Oficina de la zona centro (Madrid y Castilla). "Hemos preparado todo un dispositivo por si el apagón fuera masivo y luego hubiera problemas para recuperar el sistema", explicaba Eduardo San Juan, jefe de operación nacional de la compañía.

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En total, los clientes de Unión Fenosa, unos 3,5 millones en toda España, redujeron su consumo un 2% durante los cinco minutos del apagón. "No ha sido mucho. Ha bajado el consumo total en unos 100 megavatios", señalaba mirando las pantallas Pablo Beceiro, responsable de centro de operaciones de red. Una cifra que equivale aproximadamente a que unas 100.000 personas hubieran apagado la luz que suministra Fenosa.

En toda España, al margen de cuál fuera la compañía suministradora, se redujo el consumo eléctrico total en unos 1.000 megavatios durante los cinco minutos del apagón. "Es el equivalente de apagar una central nuclear a pleno rendimiento", explica Gómez. Una cifra que hubiera sido mayor si no se hubieran apagado solamente las bombillas. "Tener la luz encendida no es lo que más consume. Habría que haber desconectado también calefacciones y electrodomésticos para que se hubiera notado más. Eso es lo que más consume", comentaba uno de los técnicos.

"Esto es más simbólico que otra cosa. Lo que habría que hacer es estar un día entero sin llevar los coches a la gasolinera, así sí que ahorraríamos energía", opinaba uno de los técnicos. "Pues en mi casa creo que sí vamos a apagar, y eso que tengo tres niños muy pequeñitos", comenta Nacho Gómez.

Fuera de la sala de operaciones reinaba la oscuridad. Al igual que en todos los edificios, oficinas y centrales eléctricas de Unión Fenosa, que secundaron el apagón energético. "Apagamos todo excepto lo que sea imprescindible dejar encendido por seguridad", explicaba San Juan.

Minutos antes del apagón, incertidumbre. "No tenemos ni idea de lo que nos vamos a encontrar. Esta situación no se ha dado nunca en España. Así que no sabemos cómo va a reaccionar la red", comentaba el jefe de operación nacional.

"Como nunca había pasado algo similar hemos aprovechado para probar el plan de reposición ante cero nacional", explicaba uno de los técnicos. Se trata de un programa de emergencia de la compañía eléctrica preparado por si España se sumiera en una oscuridad total.

Son las 19.58. Todos los ojos están puestos en los números que muestran el consumo total de electricidad que suministra la compañía. Ha bajado de 5.810 megavarios a 5.733. "Yo pensé que iba a bajar más, que se iba a notar", dice uno de los técnicos a otro. "Si, yo también", le contesta otro. Pasan los minutos y los espectadores se dispersan.

¿Y el plan por si España se queda sin luz? "Al final no lo hemos podido probar. No ha habido ningún problema de suministro. Y mejor. Mejor que no lo utilicemos nunca", concluye Nacho Gómez.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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