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Corea del Norte acepta renunciar a su programa de armas atómicas

Pyongyang recibirá a cambio alimentos y suministros de petróleo para producir energía

Corea del Norte accedió ayer a poner fin a su programa de armas atómicas a cambio de ayuda y la normalización de las relaciones con EE UU y Japón, según contempla el acuerdo alcanzado en Pekín tras seis días de reuniones maratonianas. El Gobierno de Kim Jong-il se ha comprometido a paralizar su principal central nuclear -Yongbyon- en un plazo de 60 días y a permitir el regreso de los inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). A cambio, recibirá energía, alimentos y otras ayudas por un valor conjunto de 50.000 toneladas de petróleo. La cifra se extenderá hasta un total de un millón de toneladas cuando desmantele todas sus instalaciones nucleares.

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El acuerdo fue anunciado por Wu Dawei, jefe de la delegación china en las negociaciones a seis bandas, en las cuales -además de Corea del Norte, EE UU y China- participan Corea del Sur, Rusia y Japón. "Es un paso importante hacia la desnuclearización de la península coreana", dijo Wu. "Es favorable para el proceso de paz en Asia nororiental y para la mejora de las relaciones entre los países implicados".

El pacto, sin embargo, pretende ir más allá del contencioso nuclear. Según señala, Washington y Pyongyang iniciarán reuniones bilaterales para normalizar sus relaciones, eliminar el país asiático de la lista de sospechosos de respaldar el terrorismo y poner fin a las sanciones económicas. El texto no fija fechas. En paralelo, se celebrarán conversaciones encaminadas a lograr un acuerdo de paz permanente entre las dos Coreas, que sustituya el alto el fuego que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), y que nunca se convirtió en definitivo.

Para recibir el total de la ayuda, Pyongyang deberá entregar una lista de todas sus instalaciones atómicas -incluido un inventario del material nuclear que posee- y desmantelarlas. El cierre de Yongbyon deberá incluir las instalaciones de reprocesamiento de combustible, que han servido, según Washington, para fabricar varias bombas atómicas.

Christopher Hill, negociador estadounidense, calificó el pacto alcanzado ayer de "excelente", pero advirtió que "es sólo una etapa hacia la desnuclearización". "No hemos terminado. Esto es un primer paso, tenemos aún mucho camino por delante", afirmó. Entre los puntos que quedan pendientes, está qué hacer con las varias bombas nucleares que los expertos creen que posee el país asiático.

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Desde Washington, el presidente George W. Bush calificó el pacto de "la mejor oportunidad" para la desnuclearización de la península, informe Efe. En un comunicado leído por su portavoz, Tony Snow, Bush afirmó que el pacto "refleja el compromiso de los participantes en esas negociaciones con una península coreana libre de armas nucleares".

Sin embargo, John Bolton, antiguo embajador estadounidense en la ONU, arremetió contra el trato, que calificó de "muy malo". "Hace parecer a la Administración muy débil en un momento en el que con Irak e Irán necesita parecer fuerte", dijo a la cadena de televisión CNN. "Es un mal precedente".

El acuerdo se ha producido cuatro meses después de que Corea del Norte desatara la ira de la comunidad internacional con la realización de su primera prueba atómica, que condujo a la rápida adopción de sanciones por parte de la ONU, con la aprobación incluso de China, que vio cómo saltaban por los aires los esfuerzos realizados desde agosto de 2003, cuando comenzaron las conversaciones a seis bandas.

Según el trato alcanzado ahora, Pyongyang y Tokio se reunirán también para intentar normalizar sus relaciones. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, señaló que su país no puede participar en el suministro de ayuda energética mientras no avance el contencioso que mantienen por el secuestro de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte en la década de 1970, algunos de los cuales Japón cree que siguen retenidos.

Con objeto de hacer avanzar los diferentes frentes, han sido creados cinco grupos de trabajo: desnuclearización, relaciones Estados Unidos-Corea del Norte, relaciones Japón-Corea del Norte, cooperación económica, y mecanismo de paz y seguridad en Asia nororiental.

Aunque las negociaciones comenzaron con optimismo el pasado jueves, estuvieron a punto de naufragar. El encuentro debía finalizar el lunes, pero fue alargado hasta ayer para lograr el pacto.

De izquierda a derecha, los negociadores de Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, China, EE UU y Rusia, en Pekín.
De izquierda a derecha, los negociadores de Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, China, EE UU y Rusia, en Pekín.AP

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