Quintana asume el reto de conquistar 30 alcaldías

El portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, cogió ayer los remos para iniciar una travesía electoral histórica para su partido. Los nacionalistas se presentan por primera vez a los gallegos como fuerza de gobierno en la Xunta y las papeletas que los ciudadanos depositen en la urna el día 27 serán también su primera reválida en el poder.

El Bloque movilizará a sus 6.000 aspirantes a concejales y a parte de sus conselleiros por la geografía gallega en reuniones, charlas y mítines, obsesionado por transmitir cercanía. La palabra "gente", la más repetida en la canción de Berrogüeto que pondrá música a la campaña, saldrá muchas veces de la boca del líder del BNG. "Nuestros candidatos y candidatas se preocupan por lo mismo que le preocupa a la gente y son los que más se parecen a la gente de este país", proclamó ayer Quintana tras cumplir con la tradición de encolar los primeros carteles electorales, en la plaza de As Praterías de Santiago.

El mapa estratégico del Bloque tiene un círculo rojo sobre Ourense. Los nacionalistas entran en campaña con el propósito de romper la tradicional hegemonía del PP en esta provincia arrebatándole la alcaldía de la capital, un ayuntamiento en el que ahora son la segunda fuerza. Su calendario para los próximos días marca perfectamente el territorio. Quintana recaló ayer en la ciudad de As Burgas horas antes de abrir la carrera electoral en Santiago y será allí donde pronuncie su mensaje final el viernes 25 antes de que los gallegos acudan a las urnas.

Fuentes nacionalistas aluden a "indicios demoscópicos" para explicar su convicción de que la ciudad de Ourense, el área en la que reside uno de cada tres vecinos de la provincia, tendrá un alcalde del BNG. La formación vería en la victoria de su candidato Alexandre Sánchez Vidal un "símbolo" y una oportunidad para poner en práctica sus propuestas para resolver los problemas de despoblación y envejecimiento que sufre el interior de Galicia.

En estas elecciones, el partido de Quintana confía en duplicar las 17 alcaldías que ostenta ahora y que una treintena de sus candidatos recojan el bastón de mando. El Bloque se propone reforzar su gobierno en el ayuntamiento de Pontevedra de la mano de Miguel Anxo Fernández Lores y mantiene fuertes esperanzas en ganarle la batalla al PP en los partidos judiciales de Cambados y Ponteareas, arrebatándole sendos diputados provinciales. Según la aritmética electoral que manejan los dirigentes del Bloque, si este cuerpo a cuerpo de nacionalistas y populares en Pontevedra se salda a favor de los primeros, el partido fundado por Manuel Fraga perdería por primera vez en la historia la mayoría absoluta en el gobierno de la Diputación.

Además de las alcaldías de Pontevedra y Ourense, el Bloque arranca la campaña con el objetivo de entrar en los gobiernos de las otras cinco ciudades de Galicia, dar un "salto importante" en los municipios cabecera de las comarcas y multiplicar sus apoyos en áreas como O Morrazo y A Mariña de Lugo.

Quintana presentará al Bloque ante los electores como el único partido con las "manos limpias". La vivienda y los servicios sociales, dos de las áreas que controlan en la Xunta, serán los asuntos en los que los nacionalistas centren sus propuestas a los ciudadanos. Los candidatos del BNG se comprometen a reservar hasta un 40% del suelo edificable a viviendas protegidas; aumentar las bonificaciones en el IBI para los locales adquiridos por emprendedores, servicios de comida, lavandería y "telefarmacia" para personas dependientes; regular la "transparencia y buenas prácticas" en los contratos y subvenciones"; y rehabilitar casas en los cascos históricos y núcleos rurales para alquilárselas a jóvenes.

Fuentes del partido aseguran que estas elecciones le servirán al BNG no sólo para extender su poder local, sino también para "constatar la corriente creciente de simpatía" que despierta el nacionalismo en los gallegos. La gran reválida tras su estreno al frente de la Xunta.