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Conferencia de Seguridad de Múnich

Rusia propone un nuevo sistema de control de armas

Ivanov: "La independencia de Kosovo abrirá la caja de Pandora"

Andrea Rizzi

Tras las duras declaraciones del presidente Vladímir Putin de hace unos días sobre una Rusia que se siente obligada a acelerar el paso en la senda del rearme, había ayer gran expectación en Múnich por el discurso del viceprimer ministro Serguéi Ivanov. El ex ministro de Defensa ruso, en un papel conciliador, aseguró que Rusia y EE UU deben impulsar los esfuerzos para reemplazar el actual sistema de control de armas por un nuevo régimen internacional que obligue a todos los países.

"Necesitamos nuevas reglas que reflejen la multipolaridad del mundo de hoy"
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La intervención de Ivanov confirmó una dicotomía cada vez más frecuente en los altos mandatarios rusos: discursos incendiarios para consumo interior -quizás dictados por intereses electorales- y actitud dialogante en la escena internacional.

En Múnich, Ivanov afirmó que la voluntad rusa de incrementar su influencia internacional "no conlleva ninguna amenaza sobre la seguridad de otros países". Luego quiso recalcar la apuesta de Rusia por continuar en la senda de los sistemas y tratados de control de armas que garantizaron la estabilidad durante la guerra fría y que parecen cada vez más ineficaces en el nuevo marco de relaciones estratégicas. "Necesitamos nuevas reglas, más estrictas, y que reflejen la multipolaridad del mundo de hoy. EE UU y Rusia deben liderar un proceso que esta vez tiene que involucrar a otros actores". El Gobierno de Moscú se queja de que mientras Rusia está obligada por varios acuerdos, hay países vecinos como China o la India que tienen las manos libres.

Ivanov puso naturalmente el acento en las armas nucleares, pero manifestó la disposición rusa a seguir creyendo en toda la filosofía de un sistema que se está cayendo a pedazos. Primero fueron los estadounidenses en retirarse del tratado antimisiles balísticos y luego, hace poco, fue Rusia quien congeló la aplicación del tratado sobre limitación de armas convencionales. Otros pactos están a punto de caducar, y el acuerdo parece lejano.

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El gran enfrentamiento subyacente es, naturalmente, el escudo antimisiles que el Pentágono quiere instalar en Polonia y República Checa. Ivanov no ocultó su malestar. "Ustedes tienen que entender que esas instalaciones militares estarán a 180 kilómetros del territorio ruso. ¿Para qué quieren ponerlas allí? Irán queda muy lejos. Les aseguro que Teherán no tiene capacidad balística para alcanzar a Polonia", dijo.

En cuanto a las aspiraciones de independencia de Kosovo, Ivanov primero bromeó: "¿Cuál es nuestra posición? Bueno, no vamos a ser más proserbios que los serbios". Luego aclaró: "Una declaración unilateral de independencia iría en contra del derecho internacional y abriría una verdadera caja de Pandora. Si la UE reconoce Kosovo, habrá luego que reconocer Chipre Norte, y después empezaría un proceso que no se sabe dónde acabaría".

El viceprimer ministro ruso, Serguéi Ivanov, ayer en Múnich.
El viceprimer ministro ruso, Serguéi Ivanov, ayer en Múnich.REUTERS

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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