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Turbulencias financieras

JPMorgan endulza su oferta por Bear Stearns para calmar a los accionistas

La cotización del banco de inversión sube más del 88% en un solo día

Un precio más alto a cambio de más garantías de éxito para la operación. JP Morgan Chase ha endulzado su oferta por Bear Stearns, elevando de 2 a 10 dólares el precio por cada título del quinto banco de inversión de Wall Street, en una operación de rescate que ha contado con la participación de la Reserva Federal (Fed). De esta manera, espera aplacar las críticas expresadas por los grandes accionistas y salvar la operación con cláusulas que la blindan.

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En realidad, JP Morgan paga con acciones propias. Antes ofrecía 0,05473 títulos propios por cada uno de Bear Stearns y ahora eleva su oferta a 0,21753. Es el cuádruple de acciones o el quíntuple de valor si se tiene en cuenta la diferente cotización en el momento de cada oferta.

La respuesta de Wall Street fue inmediata. La cotización de Bear Stearns llegó a subir más del 100%, hasta los 13 dólares, por encima incluso del valor de la nueva oferta, aunque finalmente cerró en los 11,25 dólares, con una subida del 88,75%.

La nueva oferta no sólo cuenta con el respaldo del consejo de la entidad en crisis, sino que además incluye una cláusula por la que JP Morgan Chase adquiere de inmediato 95 millones de nuevas acciones emitidas por Bear Stearns al precio anunciado. Eso le da el 39,5% del capital, de modo que sólo necesita que otro 10,5% apruebe la operación de compra para que se haga finalmente efectiva.

La oferta inicial suponía valorar Bear Stearns en unos 235 millones de euros y la nueva ronda los 1.000 millones por el 60,5% que corresponde a los actuales accionistas. La propuesta original era un 90% inferior al precio que se pagaba por las acciones de Bear Stearns a comienzos de mes, lo que irritó especialmente al primer accionista del banco, Joseph Lewis. El inversor de origen británico hizo frente común junto a James Cayne, consejero y antiguo primer ejecutivo de Bear Stearns, para defender sus intereses.

El descontento se había extendido a los empleados, con un tercio del capital que se verá diluido a una quinta parte tras la emisión de nuevas acciones para JP Morgan. Ante la presión creciente, la revisión del acuerdo de compra era inevitable.

Los nuevos términos se negociaron el fin de semana, mientras volvía a especularse con la posibilidad de que Bear Stearns terminara por declararse en bancarrota. La Reserva Federal ocupaba un papel central en la operación al garantizar el buen fin de activos por importe de 30.000 millones de dólares. La Fed no puede fijar el precio de la operación de compra negociado por los dos bancos, pero la bajísima oferta inicial se interpretaba como un castigo ejemplarizante a gestores (con retribuciones ligadas a la cotización) y accionistas a cambio de esa garantía. Ahora, tras la subida del precio, JP Morgan Chase se hará cargo de los primeros 1.000 millones de dólares de pérdidas que generen esos activos de Bear Stearns, por lo que el aval del banco central será de 29.000 millones de dólares.

La nueva oferta supone un pobre consuelo para los accionistas que antes de que estallara la crisis en el mercado de las hipotecas de alto riesgo tenían en sus manos acciones que valían unos 150 dólares. Los problemas financieros de Bear Stearns se agudizaron desde julio, con el rescate por parte del banco de dos hedge funds que invertían en títulos ligados a las hipotecas subprime a los que el banco había dado financiación.

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