La infanta Elena busca el anonimato en Ávila
La hija mayor de los Reyes frecuenta la finca de un amigo con quien comparte su afición por la hípica
Separarse y ser objetivo de las cámaras no es fácil para nadie. Tampoco para la infanta Elena, que ha visto cómo el "cese temporal de la convivencia" con Jaime de Marichalar le ha colocado en primer plano de la actualidad. En más de una ocasión, la hija mayor de los reyes de España se ha dirigido a los fotógrafos que le persiguen cada día para pedirles que "amainaran" en su intento de captar cada movimiento que hace.
Pero, a su pesar, doña Elena es observada en todas su idas y venidas. No pasó inadvertida su visita a Ávila, en la pasada Semana Santa. Estuvo allí unos días con sus hijos, Felipe y Victoria, recién llegados de las vacaciones en las Fallas valencianas con su padre, Jaime de Marichalar. La Infanta llevó a los pequeños a la procesión de Los Pasos, que todos siguieron con atención en uno de los balcones que les ofreció la familia Muñoz Iselma, propietaria de varias pastelerías en la ciudad.
Pero no era la primera vez que la hija de los Reyes viajaba a Ávila. Vecinos de la ciudad cuentan que es normal verla por allí. Incluso hay quienes aseguran que no es raro encontrarla comprando en el supermercado que hay en la entrada de la ciudad.
Fuentes cercanas a la Infanta han explicado que, lejos de las cámaras, intenta rehacer su vida ahora que están a punto de cumplirse los seis meses desde su separación y que en Ávila cuenta con la complicidad de amigos. Y de uno en especial, con el que, además, comparte afición por la hípica.
Hace algunas semanas, don Juan Carlos y su hija mayor almorzaron juntos en un restaurante de Madrid. En esa cita se habló del futuro de la Infanta. Todo indica que la separación legal está en marcha.