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La fiesta de los trabajadores

"Aquí venimos los que no nos podemos pagar las vacaciones"

Cristina Delgado

En el paseo del Prado de Madrid, tres estudiantes extranjeras esperan sentadas en el césped a que empiece la manifestación del Primero de Mayo. "Esperábamos más, la verdad. No hay demasiada gente", comenta una de las jóvenes, italiana. Su amiga alemana asiente. Miles de personas se preparan a las 12 del mediodía para caminar hasta la Puerta del Sol. 9.000 según la policía. 25.000 según los asistentes. La mayoría de los que portan pancartas admiten que parecen menos que el año anterior.

"Aquí venimos los de verdad, los que preferimos esta manifestación a irnos de puente", comentaba una mujer con la chaqueta repleta de pegatinas sindicales. "Y los que no podemos pagarnos unas vacaciones", añadía su compañera. Ambas, ya entradas en los 50, como la mayoría de los asistentes. "Hoy no hay muchos jóvenes, pero sí mujeres, que a nosotras nos queda mucho por conseguir", remataban.

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Los menores de 30 años, la mayoría de las juventudes de diversos partidos de izquierda y sindicatos, ciertamente eran pocos, pero eran los que más ruido hacían. Sus tambores y timbales marcaron el ritmo de la marcha. Una manifestación en la que la tranquilidad y el buen tiempo fueron los protagonistas. A la cola de la caminata, grupos de inmigrantes colombianos, ecuatorianos, dominicanos y kurdos sonreían tras grandes pancartas.

Entre la marea de gente que recorría ayer el centro de la capital destacaba el rojo y el blanco de UGT y CC OO. También las banderas republicanas. Entre la multitud, pocos políticos y pocos grupos de empresas. Sólo el servicio de limpieza de la Comunidad de Madrid, con sus uniformes verdes y amarillos destacaban como conjunto entre las familias y grupos de amigos. "Venimos así para que nos vean más. Estamos negociando nuestro convenio colectivo, y como sigamos así, el día 10 [de mayo] nos vamos a la huelga", aseguraba una de las jóvenes.

Con las reclamaciones laborales por un sueldo digno, igualdad, la jubilación de los obreros a los 60 y la regulación de horarios comerciales, se mezclaban ayer las peticiones para calmar al bolsillo. Entre los grupos más numerosos, los que pedían una vivienda. "Tenemos derecho a un techo", rezaban sus pancartas. Otros caminaban preocupados por la situación económica. "Nos meten en la crisis y nos la hacen pagar", lucían sus carteles. Y entre los inmigrantes, muchos optaron por llevar una bandera española con el lema "una España para todos".

Empleados de limpieza, en la manifestación de la CGT en Madrid.
Empleados de limpieza, en la manifestación de la CGT en Madrid.EFE

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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