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La carrera hacia la Casa Blanca

Los jefes demócratas fuerzan a Clinton a apoyar a Obama

La senadora por Nueva York mantiene la presión para conseguir hacerse con la candidatura a la vicepresidencia

Antonio Caño

Atendiendo a una presión insoportable de los notables del Partido Demócrata, incluidos sus propios aliados, Hillary Clinton ha decidido dar, por fin, el paso de suspender su campaña y apoyar a Barack Obama como candidato presidencial. Se trata de un paso necesario para garantizar la unidad ante las elecciones presidenciales estadounidenses, pero no suficiente: Clinton mantiene la vicepresidencia en el punto de mira y no ha dicho aún la última palabra en esta carrera.

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"Yo he dicho a lo largo de esta campaña que apoyaría enérgicamente al senador Obama si era él el designado por el Partido Demócrata, y ahora intento cumplir con esa promesa", dijo ayer Clinton en un mensaje enviado por correo electrónico a sus seguidores.

La decisión llegó después de una declaración conjunta en la que el presidente del Partido Demócrata, Howard Dean, y los líderes demócratas en el Congreso, Harry Reid y Nancy Pelosi, alarmados por las noticias sobre el tráfico de votos por parte del equipo de Clinton, convocaron al partido "urgentemente" a la unidad. A esa declaración se han ido sumando en cascada gobernadores (algunos tan influyentes en el lado de Clinton como el de Pensilvania, Edward Rendell), congresistas (empezando por la propia delegación de Nueva York, encabezada por el íntimo amigo de Clinton Charles Rangel) y otras figuras, como el ex vicepresidente Walter Mondale.

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Clinton solemnizará su decisión en un acto convocado para mañana en Washington. Es importante esperar a saber los detalles de su renuncia. No es igual "suspender" la campaña que retirar su candidatura. No es lo mismo mantener sus delegados hasta la Convención de Denver que ponerlos ya a disposición de su rival. No es lo mismo apoyar a Obama que hacer campaña a su favor en aquellos lugares que pueda ser recomendable.

Todo eso está pendiente de una difícil negociación en marcha en la que está en juego nada menos que el futuro político de Hillary Clinton y, quizá, el prestigio de ese apellido. Obama y Clinton han hablado por teléfono alguna vez esta semana, pero, a excepción del breve cruce de saludos el miércoles en la reunión del lobby (grupo de presión) judío en Washington, no han podido aún concertar una cita.

El primer interrogante a despejar es el de la posible vicepresidencia. La presión para que Clinton forme parte del ticket demócrata está encabezada por una figura doblemente influyente, Robert Johnson, un viejo y destacado recolector de fondos del Partido Demócrata y el fundador de Black Entertainment Televisión, el mayor grupo de comunicación negro. Johnson ha enviado una carta al congresista James Clyburn, líder del grupo negro en la Cámara de Representantes, en la que le pide su intervención a favor del llamado dream ticket y le asegura que él ha hablado con Clinton y ésta le ha dicho que "definitivamente le gustaría ser vicepresidenta".

En su mensaje ayer a sus seguidores, Clinton recuerda: "Como siempre he dicho, mis diferencias con el senador Obama son pequeñas comparadas con las diferencias que tengo con el senador John McCain y los republicanos". "Ha sido un honor competir con él en estas primarias y ahora es un honor llamarle mi amigo", concluye la senadora.

Obama, por ahora, no quiere pronunciarse contundentemente sobre este asunto. Intenta, obviamente, resolverlo entre bastidores y con la aceptación de la propia Clinton. El miércoles por la noche, en una entrevista en la cadena NBC, declaró: "No vamos a precipitarnos en este tema. No creo que la senadora Clinton quiera una rápida decisión sobre eso. Ni siquiera sé si ella está realmente interesada".

El candidato demócrata también habló esa misma noche de esa posibilidad en Nueva York, en una cena de recaudación de fondos a 28.500 dólares (18.300 euros) el cubierto. "La verdad es que todavía no he tenido tiempo de pensar a fondo sobre esto. Este fin de semana, cuando vaya a casa, hablaré del asunto con Michelle", manifestó.

No es un buen augurio para Clinton. Michelle Obama es mencionada habitualmente por los expertos como una de las personas del círculo íntimo del candidato que con mayor contundencia se opone a la inclusión de Clinton en el ticket. No es la única, desde luego. El diario The Wall Street Journal publicaba ayer una información en primera página en la que afirmaba que los asesores de Obama consideran que la presencia de Clinton (con Bill Clinton en la sombra) haría más vulnerable la candidatura demócrata.

Formalmente, Obama ha dejado la búsqueda de un candidato a la vicepresidencia en manos de un equipo formado por Caroline Kennedy, la hija del ex presidente Kennedy; Jim Johnson, un antiguo empresario experto en estas lides, y Eric Holder, precisamente un viceministro de Justicia con Bill Clinton.

Hillary Clinton, en el Capitolio.
Hillary Clinton, en el Capitolio.AFP
Barack Obama se ha proclamado candidato de los demócratas a la Casa Blanca.Vídeo: ATLAS ESPAÑA

Una vida dedicada a la política

- La 'número dos' en las primarias. Hillary Clinton (1947, Illinois, Chicago) ha ganado en 22 Estados, y ha logrado 1.919 delegados (de ellos, 279 superdelegados), es decir, el 90,7% que necesitaba para batir al rival.

- Abogada, ex primera dama y senadora. Estudió Derecho en la Universidad de Yale. Trabajó durante años en un despacho de abogados de Arkansas hasta que en 1993 Bill Clinton llegó a la Casa Blanca. Fue elegida senadora por Nueva York en 2000. En 2006 fue reelegida.

- Familia. Se casó con Bill Clinton en 1975 -se conocieron en la biblioteca de la Facultad de Derecho- y tuvo una hija, Chelsea, en 1980.

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