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Las consecuencias de la ola de calor

Un julio sin incendios anticipa el agosto con mayor riesgo

Las lluvias tardías retrasan la alerta por fuegos

Las llamas habían devorado ayer a última hora más de 1.000 hectáreas en un pinar cercano a Zaragoza y obligado a desalojar a 300 personas. Es el primer incendio de gran tamaño en un verano inusualmente benigno en cuanto a la incidencia del fuego en los bosques españoles.

Las lluvias tardías de la pasada primavera habían conjurado el riesgo hasta ahora. Pero las altas temperaturas de los últimos días han hecho desaparecer la humedad y han dejado una gran cantidad de maleza lista para arder. Las autoridades y los expertos en protección de incendios advierten de dos meses de especial peligro.

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No es que no haya habido incendios, pero casi todos han sido de pequeño tamaño. Desde el 1 de junio al 20 de julio sólo se han registrado 156, que han quemado unas 1.580 hectáreas, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Es una cifra especialmente llamativa si tenemos en cuenta que, según estos mismos datos de Medio Ambiente, entre enero y mayo ardieron 23.097 hectáreas, es decir, 4.619 al mes.

Esta excepcional falta de incendios a comienzos del verano podría hacer albergar la esperanza de que se profundizase la tendencia iniciada en 2007, cuando se registró la cifra más baja de incendios en lo que va de década.

Sin embargo, el incendio de Zaragoza evidencia la necesidad de no bajar la guardia. "Las lluvias han hecho que los incendios hayan tenido una escala reducida este verano, pero si no hay más lluvias este mes de agosto, tendremos un riesgo de incendios especialmente alto", señala Salvador de Miguel, del Colegio de Ingenieros de Montes.

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La humedad, explica, "ha retrasado" el inicio de la temporada de incendios; pero ha hecho que los pastos hayan crecido con más fuerza, lo que dispara el riesgo de incendios en cuanto estos se secan. El Colegio de Ingenieros de Montes habla de tres factores para que se den grandes fuegos en verano: una primavera lluviosa, un verano seco y el viento. El primero se cumple y el segundo, por el momento, también. El Ministerio de Medio Ambiente, consciente de este riesgo, ha catalogado más del 65% del territorio nacional como Zona de Alto Riesgo de incendios (ZAR) durante este verano.

De los datos del Ministerio de Medio Ambiente se desprende que la mayor parte de la superficie forestal se quema a partir del segundo mes del verano. La media anual de hectáreas calcinadas de la última década es de 45.850 antes del 20 de julio y 87.000, después.

Las condiciones meteorológicas, no obstante, sólo son uno de los factores que generan los incendios. Y, a juicio de la organización Ecologistas en Acción, ni siquiera el principal. "El 95% de los fuegos tienen detrás la mano del hombre", explica Raúl Navarrete, responsable de incendios de la ONG, para quien las condiciones climáticas "sólo agravan las situaciones complicadas".

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