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Las familias pierden poder en el PSM

Tomás Gómez confeccionará su ejecutiva sin pactar cuotas en el 11º congreso - Maru Menéndez acusa a los críticos de aferrarse a viejos hábitos

Jesús Sérvulo González

El futuro del Partido Socialista de Madrid (PSM) se escribirá en siete días. Dentro de una semana, el Palacio de Exposiciones y Congresos estará atestado de delegados socialistas dispuestos a debatir sobre la estrategia política del partido para los próximos años. Dentro de una semana se votará el nombre del secretario general del partido. Y, también, dentro de siete días se conformará el comité ejecutivo que gobernará a los socialistas madrileños.

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En los días previos al cónclave, el debate se centra en la defensa de la educación pública, que enfrenta al sector crítico con los seguidores del actual secretario general, Tomás Gómez. Por primera vez en el PSM, una ponencia política contiene un reconocimiento a la escuela concertada.

Dos miembros de la actual ejecutiva, Javier Gómez y Elviro Aranda, que aseguran representar a 80 agrupaciones locales, han señalado esta semana que la ponencia política "supone una renuncia a los principios políticos". Consideran que el texto defiende la escuela concertada.

"Atacar la educación concertada es enfrentarse a la mayoría de la sociedad. No podemos caer en la trampa que nos tiende el Gobierno conservador de Esperanza Aguirre", justifica Maru Menéndez, portavoz socialista en la Asamblea. La dirección del partido matiza su postura "porque hay que saber adaptarse a los cambios sociales". Menéndez insiste en que "el partido defiende con firmeza la escuela pública".

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"Con este debate se esconde", según Menéndez, "la intención de algunos de aferrarse a viejas costumbres". Estas palabras traducen la intención de Tomás Gómez de formar la ejecutiva sin pactar con las familias. De esta forma, deja claro a los críticos que no habrá cuotas en la dirección del PSM. Tradicionalmente, los congresos eran un mercadillo. Las familias entregaban su apoyo a cambio de una cuota de representación en la ejecutiva regional. "Pero esto se ha acabado", asegura Menéndez. "Hay que superar el tema de las familias", añade. Gómez y Aranda aseguraron ayer que su intención no responde a esas intenciones. "Queremos sumar y aportar al partido. Un proyecto excluyente resta", desliza Javier Gómez.

Una fuente de la dirección del partido, que prefiere no dar su nombre, advierte de que "como Tomás Gómez tiene un apoyo mayoritario, va a prescindir de los críticos. Ya ha pactado con algunos de los críticos como José Cepeda". Otro dirigente resume la situación: "Habrá tres niveles de cargos en la Ejecutiva regional. Primero, los institucionales o procedentes de Ferraz". En este grupo estaría la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor; Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica, y Pedro Zerolo, miembro de la ejecutiva federal del PSOE. "En un segundo nivel, los cargos territoriales". Estará formado por alcaldes, como Enrique Cascallana (Alcorcón) o David Lucas, portavoz del grupo en el Ayuntamiento de Madrid. "Y el tercero, por políticos con un perfil técnico". En opinión de este dirigente, "se han acabado los tiempos en que las familias tenían su cuota de poder. A Gómez le obsesiona acabar con las familias", indica.

Pero los críticos, en retirada, tras el apoyo público de José Blanco, ex secretario general del PSOE, a Gómez, temen quedarse sin representación. "En ese caso, habrá que ser respetuosos con la decisión de los militantes. Cualquiera puede presentarse", dice uno a modo de amenaza. Parece claro que Tomás Gómez tiene el apoyo mayoritario del partido. Pero las familias aún buscan silla en Miguel Fleta, sede del PSM.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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