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La intervención de Obama decidió la venta de Opel a la canadiense Magna

El acuerdo definitivo tardará en firmarse al menos cinco semanas

En cinco semanas, Opel, filial de la tambaleante compañía estadounidense General Motors (GM), pasará a ser propiedad de la compañía canadiense de componentes Magna International Inc. El acuerdo alcanzado en la madrugada del sábado fue trabajoso y en el mismo participó, como figura clave, aunque a distancia, el presidente de EE UU, Barack Obama.

Así lo explicó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, poco después de hacerse pública la resolución de la reunión, que duró seis horas. Merkel reconoció que el compromiso se alcanzó, en buena parte, gracias a la ayuda de Obama, que llamó por teléfono poco antes de la última ronda de negociaciones.

"Las conversaciones eran un auténtico desafío para las relaciones transatlánticas debido a las estructuras características [de GM y Opel]. Hablé por teléfono con el presidente estadounidense y coincidimos en que teníamos que hacer todo lo posible para lograr un buen resultado en este complicado asunto", afirmó Merkel. "Esa conversación influyó claramente en las negociaciones de anoche [por el sábado]", concluyó.

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Vía libre, por lo tanto, a la venta de Opel, en una operación que sólo se conoce en sus grandes líneas. Según Reuters, las claves del acuerdo son: respaldo del Gobierno alemán a Opel de hasta 4.500 millones de euros que incluirían un crédito puente de 1.500 millones aportados por la banca pública y esquema societario en forma de fiducia, en vigor al menos hasta 2014 para proteger los mejores activos de Opel de posibles turbulencias en General Motors.

A cambio, Magna cubriría las necesidades de liquidez inmediatas de Opel con 300 millones de euros. A medio plazo, Magna aportaría a la compañía, junto con su socio ruso Sberbank, hasta 700 millones de euros. Ni un solo euro iría a las arcas de GM.

Cerrado el trato, Magna se haría con un 20% de la compañía. El resto del capital se repartiría entre el fabricante ruso GAZ y la institución financiera rusa Sberbank (35%). General Motors se quedaría, según lo publicado por la prensa canadiense, con otro 35%, mientras los trabajadores controlarían otro 10%.

El director de la empresa canadiense Magna, Siegfried Wolf, aseguró sobre el acuerdo que todavía quedan algunos asuntos por tratar, por lo que en "unas cinco semanas" se celebrará "la firma oficial" del contrato. Para poder llevarlo a cabo, es necesario contar con el visto bueno de las cuatro regiones alemanas que cuentan en su territorio con plantas de Opel, si bien ya cuenta entre otros apoyos con el del Tesoro estadounidense. En este sentido, Merkel subrayó que "para Opel y para Magna los trabajos apenas están empezando y ciertamente tienen una difícil tarea por delante". A falta de conocer la letra pequeña, Merkel explicó que "el objetivo es crear una empresa europea bajo el paraguas de Adam Opel. Tenemos un inversor como Magna y no habrá participación estatal aunque los gobiernos federales y regionales ayudarán con avales para préstamos", concluyó.

En principio, el Gobierno alemán estaría dispuesto a apoyar la operación con un crédito de 1.500 millones. Todo, para llevar a buen puerto una operación crucial para el futuro de más de 50.000 trabajadores de Opel en toda Europa, incluida España.

El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias insistió, en este sentido, en la necesidad de transmitir que la planta automovilística de Figueruelas (Zaragoza) es "la más eficiente" que el grupo tiene en Europa como aspecto que debe ser tenido en cuenta para mantener 7.000 empleos.

Sobre el mantenimiento de empleo en Opel, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, avisó que, tanto las ayudas concedidas por el Gobierno central como el de Aragón "tienen mucho que ver con la continuidad y el mantenimiento de la ocupación".

Para el portavoz del comité de empresa de Opel-Figueruales, Pedro Bona, el anuncio del principio de acuerdo les da a los empleados "un poco de tranquilidad", aunque, en su opinión, quedan muchos aspectos por cerrar como la necesidad de una reestructuración en Magna, y en qué términos la va a llevar a cabo. Por si acaso, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, destacó ayer sobre el futuro de Opel que "en el caso de España, estamos mucho mejor situados que otros países". Un toque de atención ante la previsible reducción de costes que preparan los compradores.

Porque las presiones se suceden. En Bélgica, el ministro-presidente flamenco, Kris Peeters, celebró el acuerdo y dijo que espera hablar en los próximos días con Magna para evitar recortes en la planta de Opel en Amberes.

El presidente de Magna, Frank Stronach, interviene en la junta general de la empresa celebrada el 6 de mayo en Markham (Canadá).
El presidente de Magna, Frank Stronach, interviene en la junta general de la empresa celebrada el 6 de mayo en Markham (Canadá).AP

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