_
_
_
_
_
IV Conferencia de Presidentes

La cumbre autonómica acaba en bronca

El Gobierno fracasa en su intento de lograr un pacto de empleo con las comunidades populares - "Hace falta más lealtad y madurez institucional", reprocha Zapatero

La cuarta Conferencia de Presidentes, dedicada a la recuperación económica y al empleo, fracasó ayer tras la negativa del PP a pactar nada con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en medio de una gran bronca política que alargó hasta las 12 horas una sesión programada para durar ocho. A última hora de la tarde el presidente del Gobierno presentó una propuesta en la que asumía ocho de los diez puntos sobre el empleo que defendía el PP. Se sometió a votación y salió rechazada con 10 votos a favor (los presidentes de las comunidades gobernadas por el PSOE y los regionalistas de Cantabria y Canarias) y ocho abstenciones, las de las comunidades del PP.

El nuevo reglamento exigía dos tercios de las comunidades para que fuera aprobado como recomendación al Gobierno y unanimidad para ser considerado un acuerdo. El presidente de Navarra, Miguel Sanz, de UPN, se ausentó de la reunión antes de la votación, aunque dijo mostrarse más favorable que contrario a la última propuesta.

El Gobierno asumió para el acuerdo el 80% de las propuestas del PP
Los populares siguieron el guión que marcó Rajoy y rechazaron el pacto
Más información
Aguirre a Zapatero: "No te voy a dar un cheque en blanco como deseas"
Zapatero pidió a las comunidades que limitaran la oferta de empleo público
Demasiados testigos en la sala para armar un lío
Patronal y sindicatos ensayan el diálogo social

Nada más constatarse el fracaso, Zapatero acusó al PP de haberse negado al acuerdo. "Es lamentable que por intereses partidistas no se tenga altura de miras ni visión de Estado [...] Hace falta más lealtad y madurez institucional en España", dijo con evidente enfado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Fue aún más explícito al señalar cómo, al final de la sesión, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, le reconoció que los presidentes del PP "no se responsabilizan con el Gobierno de España en la lucha contra el paro y a favor de la recuperación económica". "Las comunidades del PP se lavan las manos", fue el análisis de Zapatero.

Fue sin duda la Conferencia de Presidentes más larga y más tensa. Zapatero mantuvo desde un principio la posición de que lo más importante era el acuerdo en sí mismo en materia de empleo y de contención del déficit, por encima de su contenido. Su apuesta política no era otra que enviar un mensaje de unidad y de confianza a la sociedad y los mercados. Así lo pidieron expresamente los empresarios y los sindicatos, invitados por primera vez a un acto de este tipo.

Mientras, los presidentes del PP se presentaron sometidos a una disciplina de partido contra cualquier acuerdo en política económica y laboral, base de su oposición. La tensión se mantuvo hasta el final entre Zapatero, dispuesto a llegar a un acuerdo de mínimos -sobre una propuesta que repartió a primera hora de la tarde-, y unos presidentes muy beligerantes. "La Conferencia de Presidentes es de España, no del presidente del Gobierno. Quien gana o pierde no es un partido. Es el Gobierno de España", dijo Zapatero.

El jefe del Gobierno, en su intento de preservar la unidad y salvar la Conferencia, llegó a aceptar ocho de los diez puntos del documento conjunto que presentaron los presidentes del PP en materia de economía y empleo, así como siete de los diez puntos sobre agricultura y agua de los populares. Dicho documento lo habían acordado el viernes los presidentes del PP con Mariano Rajoy.

Sobre esta situación se basó toda la resistencia del PP a pactar un documento. Según explicó el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, "Zapatero pretendía pactar en tres horas lo que no ha pactado en tres años", en referencia al tiempo transcurrido desde la anterior conferencia. Feijóo no citó un solo punto de desacuerdo con el Gobierno en cuanto al contenido de la propuesta final de Zapatero. Sólo criticó que el PP había llegado a la reunión con sus propuestas sobre la mesa, publicadas días antes, y el Gobierno había esperado hasta la hora de comer para poner un papel sobre la mesa.

En el documento de Zapatero se aceptaban puntos del PP como las reformas estructurales para liberalizar servicios, la reestructuración y saneamiento del sistema financiero, el diseño de la política energética, la optimización de los recursos destinados a investigación, el diseño de un sistema educativo competitivo y la reforma de los organismos reguladores. No aceptó el punto referente a la reforma laboral -interpretada por los sindicatos y el Gobierno como un abaratamiento del despido- y tampoco la posibilidad de bajar ciertos impuestos.

Zapatero llegó a atrasar la cena de gala con el Rey, que tenía a las nueve de la noche en el Palacio Real con motivo de la visita a España del presidente de Vietnam, decidido a agotar las posibilidades de un acuerdo. Los presidentes del PP plantearon que el debate sobre el texto propuesto se derivara a las conferencias sectoriales. Trató de mediar sin éxito el presidente de Canarias, Paulino Rivero, de Coalición Canaria.

Finalmente, fue Esperanza Aguirre la que señaló claramente que el PP no quería acuerdos con Zapatero, que no quería comprometerse en un acuerdo con él en materia económica. Esta parte final del encuentro no fue seguida por patronal y sindicatos, que abandonaron la sesión a primera hora de la tarde.

El presidente de la Xunta, hombre de confianza de Rajoy y que actuó como principal portavoz de los presidentes del PP, sentenció la conferencia desde primera hora de la mañana: "No podemos acompañar a un Gobierno que no sabemos adónde va". Núñez Feijóo dejó clara la opinión del PP antes de comer, cuando dijo que la propuesta de Zapatero es "más un plan de imagen que un plan económico" y cuestionó que "es difícil que genere un espacio de confianza".

De izquierda a derecha, detrás: Jesús Bárcenas, Gerardo Díaz Ferrán, Jesús Vivas, Esperanza Aguirre, Guillermo Fernández Vara, Paulino Rivero, Francisco Camps, Marcelino Iglesias, José María Barreda, Miguel Sanz, Francesc Antich, Juan Vicente Herrera, Juan José Imbroda, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. En primera fila: Pedro Sanz, Vicente Álvarez Areces, Alberto Núñez Feijóo, Patxi López, Manuel Chaves, María Teresa Fernández de la Vega, José Luis Rodríguez Zapatero, el rey Juan Carlos, el príncipe Felipe, Javier Rojo, Elena Salgado, José Montilla, José Antonio Griñán, Miguel Ángel Revilla y Ramón Luis Valcárcel.
De izquierda a derecha, detrás: Jesús Bárcenas, Gerardo Díaz Ferrán, Jesús Vivas, Esperanza Aguirre, Guillermo Fernández Vara, Paulino Rivero, Francisco Camps, Marcelino Iglesias, José María Barreda, Miguel Sanz, Francesc Antich, Juan Vicente Herrera, Juan José Imbroda, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. En primera fila: Pedro Sanz, Vicente Álvarez Areces, Alberto Núñez Feijóo, Patxi López, Manuel Chaves, María Teresa Fernández de la Vega, José Luis Rodríguez Zapatero, el rey Juan Carlos, el príncipe Felipe, Javier Rojo, Elena Salgado, José Montilla, José Antonio Griñán, Miguel Ángel Revilla y Ramón Luis Valcárcel.CRISTÓBAL MANUEL

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_