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Primera crisis del euro | Los planes de ayuda

Berlín y París lideran las negociaciones para el rescate de Grecia

Los socios del euro discuten por teleconferencia la ayuda, que genera la oposición de algunos países - Merkel y Sarkozy expondrán hoy conjuntamente su postura

Andreu Missé

Los responsables económicos de los 16 países de la zona euro mantuvieron ayer intensas conversaciones para perfilar los detalles del plan de rescate de Grecia que liderarían Alemania y Francia. Con este objetivo, el presidente del Euro Grupo, Jean Claude Juncker, mantuvo una reunión por teleconferencia con los ministros de economía de los países de la zona euro para analizar los mecanismos que se podrían aplicar. Paralelamente, los Gobernadores de los Bancos centrales de estos países realizaron otra reunión, también por vía telefónica, con el mismo objetivo.

Juncker expondrá a los líderes de los Veintisiete, que celebran hoy en Bruselas un Consejo informal, "lo que se puede y lo que no se puede hacer", según las fuentes consultadas. Los acuerdos alcanzados se plasmarán en una declaración promovida por Francia y Alemania en la que "un cierto número de países confirmarán que ayudarán a Grecia". La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciaron que comparecerán hoy conjuntamente durante la cumbre.

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Fuentes comunitarias precisaron que algunos países de la zona euro no veían con buenos ojos un plan de rescate bajo la iniciativa europea y que preferirían que las ayudas fueran proporcionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), una postura bastante extendida también entre los países de fuera del euro como Reino Unido o Suecia. Fuentes comunitarias insistieron, no obstante, en que "el acuerdo político entre Francia y Alemania, que son los países decisivos en este asunto, ya ha sido adoptado" y que dichos países descartan la intervención del FMI.

El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, mantuvo reuniones en París para lograr el apoyo de las autoridades francesas. A la salida del palacio del Elíseo reiteró su compromiso de "tomar todas las medidas necesarias para asegurar el cumplimiento" de sus promesas de reducir el déficit desde el 12,7% en 2009 hasta menos del 3% a finales de 2012. Para finales de este año, la deuda pública griega alcanzará los 294.000 millones de euros, de los que 53.000 millones deberán ser financiados o refinanciados este año, lo que constituye el problema fundamental.

Grecia registró ayer los primeros resultados positivos de sus esfuerzos por reducir el déficit. Los ingresos fiscales en enero alcanzaron los 4.270 millones de euros frente a los 3.990 millones del mismo periodo del año anterior. Igualmente, se logró reducir el gasto público en 361 millones de euros.

El Gobierno de Papandreu tuvo que enfrentarse a una huelga general del sector público que afectó al cierre de escuelas y otros servicios públicos y provocó la cancelación de vuelos, por rechazo a las medidas de austeridad que comportan la congelación o recorte de los salarios y las plantillas de los trabajadores públicos. Para el 24 de este mes está convocada una huelga del sector privado.

Las condiciones y los detalles del plan de rescate europeo para Grecia "todavía no han madurado del todo", según fuentes comunitarias, lo que hace difícil que se puedan presentar como tales en la cumbre de los líderes, tal como se había previsto inicialmente.

Las ideas que se barajan son ayudas bilaterales condicionadas a duras exigencias proporcionadas fundamentalmente por Alemania y Francia o garantías para su deuda o avales para préstamos concedidos a Grecia. En cualquier caso, una alta fuente comunitaria ha advertido de que "las condiciones fijadas en un plan de rescate europeo no serían menos duras que las establecidas por el FMI". Las condiciones del FMI han sido reiteradamente contestadas por ineficientes y por sus efectos adversos en numerosos casos, sobre todos en países en desarrollo, por organizaciones especializadas en el análisis de la deuda como Eurodad.

En la reunión de gobernadores de los bancos centrales se barajó la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) pueda seguir aceptando como colateral o garantía los títulos de la deuda griega más allá de 2010, aunque su calificación sea inferior a la de A-. El BCE había flexibilizado su nivel de exigencias debido a la crisis económica, pero había decidido que a partir de 2011 sólo aceptará títulos de deuda pública con una calificación que como mínimo sea de A- para que puedan ser utilizados como garantía para conceder liquidez a la banca privada. La deuda griega fue rebajada por la agencia de calificación Standard & Poor's a la categoría inferior de BBB+, el pasado diciembre. Si Grecia no logra remontar esta calificación su economía sufriría una importante asfixia al estrangularse seriamente las posibilidades de la banca privada de conceder créditos a las empresas y a las familias.

Los mecanismos técnicos para conceder ayuda a Grecia resultan muy complicados porque el Tratado de Lisboa prohíbe que los Estados miembros puedan asumir la deuda emitida por otros países. Sin embargo, el Tratado de Lisboa en su artículo 122 prevé la posibilidad de intervención en circunstancias excepcionales, según fuentes jurídicas. El mencionado artículo establece que "en caso de dificultades o en caso de serio riesgo de dificultades graves en un Estado miembro, ocasionadas por catástrofes naturales o acontecimientos excepcionales que dicho Estado no pudiere controlar, el Consejo, a propuesta de la comisión, podrá acordar, en determinadas condiciones, una ayuda financiera de la Unión al Estado miembro en cuestión. El presidente del Consejo informará al Parlamento Europeo acerca de la decisión tomada". Los expertos creen que hay otros resquicios legales para articular la ayuda si hay voluntad de hacerlo.

Por otra parte, Grecia ha sido el primer país de la UE al que se le ha aplicado el artículo 121 del Tratado que señala que la comisión podrá dirigir advertencias a un Estado cuando "se compruebe que la política económica de un Estado miembro contradice las orientaciones generales que ponen en peligro el funcionamiento de la unión económica y monetaria".

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, manifestó ayer que aunque la situación es seria, existen muchos países de fuera de la zona euro en situación peor que la de Grecia. Barroso señaló que todos estos problemas se producían por la falta de cumplimiento de las exigencias del pacto de estabilidad y crecimiento.

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