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Primer pulso sindical a Zapatero

El Congreso vuelve a derrotar al PSOE por la congelación de pensiones

Corbacho empieza a sondear a los grupos en busca de apoyo a la reforma laboral

Solo hay una medida de política económica que suscita apoyo mayoritario de los diputados y de la casi totalidad de los grupos en el Congreso y que reiteradamente une a la izquierda y a la derecha: el rechazo de la congelación de las pensiones incluida en el plan de recorte aprobado por el Gobierno. La peculiaridad es que en ese acuerdo no está el PSOE, que fue derrotado ayer por segunda vez en el Pleno en una votación sobre este asunto, a la que hay que sumar una reciente en el Senado.

Era una moción sin más valor que el político, pero significativo porque la otra vez fue propuesta por el PP y ayer por Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, formaciones separadas por un abismo en política económica, y salió con apoyo del resto de grupos nacionalistas y de la izquierda. "Evitar medidas unilaterales de reforma de las pensiones al margen del Pacto de Toledo", asegura la moción, que tendrá continuidad la próxima semana en otra de CiU. Cada martes habrá una así de grupos diferentes, como una especie de gota malaya en la frente del Gobierno.

Llamazares y Herrera arremetieron con dureza contra el plan de recorte
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La geometría variable hizo imposible la aprobación de otras medidas propuestas por el PP, por CiU o por IU/ICV, porque discrepan sobre la forma de recortar por ley el déficit de las comunidades, la manera de incentivar la actividad económica o la capacidad del Gobierno para dictar por decreto la reforma laboral si no hay acuerdo social. Pero a todos, salvo el PSOE, les une el rechazo de la congelación de las pensiones y el Gobierno, una vez más, pudo observar que necesita tejer lo más rápido posible acuerdos que le permitan sacar adelante sus iniciativas. El PSOE apoyó otra propuesta de ICV que habla de "dar continuidad a la ayuda mensual de 400 euros a los parados que hayan agotado el subsidio de desempleo". Y una del PP para elaborar "un plan global ante la crisis", pero que no lo le obliga a nada concreto. Lo hizo, entre otras cosas, para no perder también. En paralelo, el Gobierno se ha puesto manos a la obra para intentar recomponer los puentes con los posibles aliados. Así, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ya ha mantenido reuniones con los grupos para sondear posibles apoyos para convalidar el decreto de la reforma laboral. Así, se ha reunido ya con Joan Ridao (ERC) y con Emilio Olabarría (PNV) y les ha expuesto ideas genéricas, según fuentes parlamentarias. No lo ha hecho con la izquierda, que rechaza la posibilidad de reformar el mercado de trabajo sin acuerdo con los sindicatos. Llamazares y Herrera arremetieron ayer con dureza contra el plan de recorte del Gobierno, con apoyo expreso a la huelga y declarándoses simbólicamente en servicios mínimos, mostrando así la sima que les separa del PSOE.

Soraya Sáenz de Santamaría, en los pasillos del Congreso.
Soraya Sáenz de Santamaría, en los pasillos del Congreso.CLAUDIO ÁLVAREZ
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