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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Detener y detener

La Ertzaintza se apunta un buen tanto con la detención del asesino de Joseba Pagazaurtundua

El asesinato en 2003 de Joseba Pagazaurtundua, jefe de la Policía Municipal de Andoain, miembro del PSOE y de ¡Basta Ya!, era uno de los más de 300 atentados sin esclarecer incluidos en un estudio reciente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Ayer fue detenido quien es, según la policía vasca, el autor material, Gurutz Agirresarobe, identificado por las muestras de ADN halladas en el bar en que cometió el crimen. También fue detenida su ex novia y presunta cómplice en el atentado, Aitziber Ezkerra.

Durante siete años la Ertzaintza ha cotejado esas muestras con las de todos los detenidos relacionados con ETA, sin fruto. Pero la investigación de otros indicios ha conducido hacia Agirresarobe, cuyo ADN coincide con la muestra. Haber evitado que el crimen quede impune es un mérito de la Ertzaintza, que ya en enero pasado detuvo en Ondarroa a nueve miembros de dos comandos de ETA que habían cometido diversos atentados entre 2005 y 2008 y permanecían sin esclarecer, y con sus autores impunes.

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El ministro del Interior presentó la operación como prueba de que la estrategia compartida por todas las fuerzas de seguridad consiste en "detener y detener hasta que esto acabe". Es decir, hasta que ETA desista. Algo que tal vez esté cerca pero que, como ayer recordó el consejero vasco Rodolfo Ares, todavía no ha ocurrido, pese a los rumores deslizados desde hace meses por el entorno de la banda.

El anuncio de una tregua que acabaría siendo definitiva y que iba a producirse por Pascua Florida, y luego a comienzos de verano, sigue sin llegar; y lo poco que se sabe de las intenciones de ETA es que sus jefes no están por la labor. En realidad, tampoco es seguro que Batasuna esté por el abandono definitivo de ETA. Lo que parece fuera de duda es que los de Otegi quieren que la política mande sobre las pistolas, pero no que desaparezcan estas. Al menos, no a cambio de nada, sino en una negociación con contrapartidas políticas.

Ha habido por tanto una evolución hacia la política, pero incompleta. Batasuna ha ido acercándose a la ruptura con las pistolas en la medida en que ha visto cerrada la puerta de la negociación. Para que esa evolución culmine será preciso mantener esa actitud al mismo tiempo que las policías cumplen el designio enunciado por Rubalcaba; incluyendo la Ertzaintza, que ayer se apuntó un tanto muy importante.

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