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ELECCIONES CATALANAS | Falta 1 día

El PP lucha contra los estigmas

Camacho augura una nueva era para la Cataluña española tras el 28-N

Alicia Sánchez-Camacho lleva 15 años militando en el PP y dos años y cuatro meses al frente del partido en Cataluña. No es extraño entonces que se conozca la formación al dedillo, que viva en carne propia los problemas de la militancia y se familiarice con el día a día de afiliados y simpatizantes. Y sabe a ciencia cierta que en épocas pasadas ser del PP en Cataluña no era tarea fácil. Pero en esta campaña, lejos quedaron los insultos, las quemas de tenderetes, las caceroladas y los altercados, y hasta Mariano Rajoy ha podido pasearse con total tranquilidad por las calles catalanas. Por eso Sánchez-Camacho pidió ayer a los simpatizantes del PP, pero sobre todo a los indecisos, que no se achanten, que vayan con la cabeza bien alta y se sacudan de encima los "prejuicios y los estigmas" por ser del Partido Popular y votarlo.

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La candidata popular es consciente, sin embargo, de que la plena normalización política del PP en Cataluña todavía está por llegar y de que no se alcanzará hasta que sea, como le gusta repetir hasta la saciedad, "partido de gobierno". Por eso constantemente proclama, y así lo dijo por la mañana en Blanes -su pueblo natal- y por la noche en Barcelona, que el objetivo del PP es "moderar" a Convergència i Unió -a la que ya ve como ganadora- e impedir que Artur Mas y su equipo culminen su "deriva radical e independentista". Es decir, dictar los pasos del Ejecutivo, si no dentro, sí en la bancada del Parlament.

Por eso advirtió de los dos males que, en su opinión, podría padecer Cataluña tras el 28-N. El primero, una holgada victoria de CiU, al borde de la mayoría absoluta, que Sánchez-Camacho teme como al diablo. Y el segundo, un pacto entre CiU y el PSC -la tan anunciada sociovergencia- que mantendría, dijo, a los socialistas y a José Montilla en el Gobierno catalán. Este último escenario sería el peor para el PP catalán porque aspira a que el "cambio" en España -desalojar a Zapatero de La Moncloa- pase irremediablemente por Cataluña y porque se vería relegada cuatro años a la ardua y triste tarea de oposición.

Sánchez-Camacho proclamó que el domingo empezará una nueva era de "prosperidad y libertad en la que el PP será decisivo para defender la Cataluña constitucional y española".

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