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La crisis del euro

Los mercados siguen con histeria las palabras de Trichet

La Bolsa vuelve a subir y la deuda mejora tras un momento de alarma

Álvaro Romero

Los inversores siguieron ayer con expectación y un punto de histeria la intervención del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, para poder tomar la decisión correcta y no perder el paso de los mercados. Lo que estaba en juego era mucho, ya que se esperaba que anunciase medidas contra la crisis de suficiente envergadura como para condicionar esta y las siguientes jornadas. Y la opción preferida era la compra masiva de bonos de los países bajo presión.

Pero Trichet no dijo nada de todo esto, al menos durante la intervención inicial, lo que desinfló el optimismo reinante hasta ese momento entre los inversores. Tras concluir su discurso sin rastro de los bonos, las Bolsas, entre ellas la española, decían adiós a las ganancias de por la mañana y entraban en pérdidas. En la deuda, la recuperación en los títulos de los periféricos también tocaba a su fin y volvían las dudas. Y las ventas.

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Es lo que tienen las expectativas, que cuando no se satisfacen, tienen efectos perjudiciales. Sin embargo, aún quedaba todo el turno de preguntas como para sacar conclusiones. El tema del día no tardó en salir. En la primera cuestión, Trichet abordó el asunto: "El programa de bonos sigue su curso. Repito, sigue su curso", insistió dejando de lado por unos momentos su habitual opacidad. Pero sin éxito. Las Bolsas ahondaban sus caídas, hasta el 1,3% en el caso del Ibex, mientras, en la deuda, volvían los escalofríos ante el temor de que, sin el BCE, no habrá quien pare a los especuladores.

"Estamos alerta", aseveró Trichet al mismo tiempo que las gráficas entraban en caída libre. El recorte desde que empezó a hablar era del 3%. Por fortuna, hasta ahí llegó la decepción. Pasadas las 15.00, el presidente del BCE cogió el toro por los cuernos: "Seguimos siendo los jueces de la política monetaria", afirmó en la enésima pregunta sobre los bonos antes de admitir que, aunque la medida no se puede comparar con las de su homólogo estadounidense, sí les permite corregir las ineficiencias del mercado en momentos de turbulencias. Suficiente.

Tras este mensaje, volvieron las compras, aunque indecisas. Aún no se había recuperado el nivel del cierre de la víspera cuando Trichet reiteró que seguirá "alerta" por si hay que sacar la chequera, lo que insufló más ánimos. No obstante, el golpe definitivo que permitió al Ibex subir un 4,13% desde mínimos del día y cerrar con un alza del 2,78% vino después, cuando advirtió a los especuladores de que no subestimasen al euro. Ni tampoco a él.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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