"En Italia no podía ser yo"

Cuando llegó a Barcelona le acompañaba un aura de melancolía. Era un jugador de talento sin explotar. "Necesita muchos mimos", defendían desde el área deportiva y el cuerpo técnico. Pablo Daniel Osvaldo (Bueno Aires, Argentina; 1986) ya ha encontrado el cariño y su mejor fútbol -suma cinco goles en Liga-, hasta el punto de que en el Espanyol no se nota el despido de Raúl Tamudo. Mañana se bate con el Barça.

Pregunta. El Espanyol desveló hace poco que ante posibles ofertas, usted sugirió que no se movería. ¿Es cierto?

Repuesta. No existieron tales ofertas, sino que eran rumores. Aunque si los contratos son de clubes de primera línea, es inevitable que uno se plantee algo. Pero es verdad que en el Espanyol estoy más que bien y que le soy fiel a muerte. Nunca recibí tanto cariño como el que se me ha brindado aquí.

"En el 'calcio' solo juegas si tienes 30 años; en España no importa el nombre"

P. ¿Se ha convertido en el nuevo icono del club?

R. No sé si soy un icono. Lo que está claro es el amor que me ha dado esta gente. Aún me emociono cuando salgo del campo y me aplauden o cuando corean mi nombre. Es la primera vez que ocurre algo parecido en mi carrera. Supongo que los aficionados ven que me dejo la vida en cada balón, que trato de devolverles ese cariño con sacrificio y goles.

P. Sus compañeros le señalan como el bueno del equipo...

R. Hay veces que estoy impreciso y el Espanyol no se resiente. En este planeta, el único que siempre juega bien es Messi. Es cierto que desde que llegué, los compañeros han hecho que me sienta perfecto. Esa tranquilidad es la que me ayuda a jugar bien y con alegría, un estilo que me define. Algo que no encontré en Italia porque allí, si no metes 15 goles en tres partidos, no juegas más. En el Espanyol soy feliz: me dejan ser yo mismo. No noto la presión, me divierto. Y eso lo veo cada vez que reviso los partidos en casa. Bueno, si he jugado muy mal no los vuelvo a ver. Si he marcado un gol, sí.

P. ¿Para disfrutarlo o para memorizarlo?

R. Para ver qué se ha hecho bien y repetirlo. Me acuerdo de la mayoría de mis goles. Yo no he hecho tantos como Messi...

P. Desde el club se dice que Osvaldo es mucho mejor cuando recibe mimos. ¿Es así?

R. Sí. Necesito sentirme importante, que se preocupen por mí. Y eso es algo que no hacían en Italia porque la mentalidad y el juego es distinto. Allí no se utiliza a los jóvenes y no juegas a no ser que ya hayas cumplido los 30 años. Aquí no importa el nombre, sino el sacrificio y el esfuerzo. Sobre todo en el Espanyol, donde hay lugar para los chavales y los niños. Todos somos profesionales, más allá de la edad. Nuestra fuerza es el equipo. No hay grandes estrellas.

P. En el Barça, sin embargo, tres jugadores se disputan el Balón de Oro.

R. Es increíble. Aunque Xavi e Iniesta han hecho un año fantástico, creo que para no dárselo a Messi deberían quitarle de la lista. El Barcelona, en cualquier caso, es el mayor reto deportivo que puede tener hoy en día un futbolista; es el mejor equipo del mundo. Pero en Cornellà tenemos nuestras armas. Aunque sea complicado porque siempre les pertenece, nosotros también queremos la pelota. Insisto, ellos tienen dos brazos y dos piernas como nosotros, por lo que queremos la pelota. Es posible. Lo cierto es que todos los jugadores del Espanyol e

stamos convencidos del proyecto. Con esta propuesta y mucho sacrificio, tendremos más alegrías que desgracias. Quizá el Barça entre en el apartado de alegrías.

P. El Barcelona no suele conceder apenas ocasiones de gol.

R. Buf, no creo que tenga más oportunidades, no. Y está claro que deberé meterla. Por el momento no pienso en la presión; si me empiezo a poner nervioso ahora, seguro que en el partido la mando a la grada. Mente fría y corazón caliente. Visualizar la portería y que Dios me ayude.

P. El Espanyol le ha hecho daño al Barça en los últimos tiempos con un juego intenso y agresivo. ¿Es la línea a seguir?

R. Desde luego. Debemos jugar duro porque es la única forma de frenarles. Pero eso no implica ser violentos, como se nos acusó en otras ocasiones. Además, no le doy bola a las cosas feas o incómodas. Soy optimista por naturaleza.

P. ¿Espera sacara a pasear su metralleta [así celebra los goles] mañana?

R. Pienso en eso cada día. Sería impresionante.

P. ¿Y cómo le gustaría firmar su gol?

R. Siempre es mejor marcar un tanto bello. Mis preferidos son tras un desmarque lindo porque son goles más vistosos. Pero contra el Barça, si la empujo en la línea de gol me vale para ponerme a gritar hasta reventar, como si fuera Diego cuando se gambeteó a todos los ingleses en el Mundial del 86.