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Barómetro del IESA
Columna
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El efecto gorrión

Un gorrión irrumpió en el Centro de Exposiciones de la localidad holandesa de Leeuwarden, justo cuando un grupo de amantes del derribo controlado de fichas de dominó trataba de batir una marca mundial. Durante varias semanas los aficionados habían colocado delicadamente más de cuatro millones de fichas, que estaban listas ya para que fueran cayendo una detrás de otra. El gorrión, con apenas dos saltitos, derribó 23.000 piezas. No había forma de atraparlo. Cuentan las crónicas que los organizadores, temerosos de que el diminuto invasor acabara con todo, llamaron a un experto para solucionar el problema, y este lo solventó con una escopetilla de perdigones. Una página de condolencia abierta en Internet reunió en pocos días 24.000 mensajes de apoyo al pajarillo.

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El efecto dominó consiste en tirar o derribar la primera ficha, de manera que esta haga lo mismo con las demás. Según los entendidos, mientras la distancia, la forma y el ángulo entre cada una de ellas sean los correctos, el efecto deseado se va logrando hasta conseguir alcanzar la del final. Les pongo un ejemplo político: Se cambia al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, lo que provoca la marcha de la viceportavoz adjunta, lo que conlleva una crisis interna en el grupo municipal del PSOE, lo que desgasta a la candidata a la alcaldía, lo que limita sus opciones de alcanzar un resultado decoroso, lo que es imprescindible para mantener el control de la Diputación. La pregunta pertinente es obvia: ¿Qué hace un gorrión en la sede del grupo municipal socialista después de casi tres años colocando y cambiando las fichas de sitio?

Nada más concluir las pasadas elecciones municipales, la lista del PSOE a la alcaldía de Málaga sucumbió ante el efecto dominó que originó la derrota electoral. La ficha número uno tiró a la dos, la dos a la tres, las tres a la cuatro y así sucesivamente. Del total de doce concejales que salieron elegidos, sólo cinco siguen en pie. El efecto ha afectado a siete de las ocho primeras fichas y ha obligado a reiniciar el juego hasta en cuatro ocasiones distintas, el número de veces que el PSOE ha cambiado de portavoz. La teoría del efecto dominó aparece en el prólogo del libro Cómo perder las elecciones en cómodos pasos, que en el caso de la mayoría de los grandes ayuntamientos andaluces tiene una versión propia denominada: Cómo seguir perdiendo las elecciones municipales desde 1995. Un abanico de ideas para la derrota que en 2011 alcanza ya su quinta edición, pero que cada cuatro años es revisado, ampliado y mejorado con nuevas aportaciones e ideas.

La encuesta del IESA, el reputado Instituto de Estudios Sociales de Andalucía, no es más que la constatación científica del efecto dominó. Los porcentajes de estimación de voto a favor del PSOE van cayendo uno tras otro, sondeo tras sondeo, pregunta tras pregunta, hasta llegar, en esta ocasión, a una diferencia de más de nueve puntos. La crisis económica deteriora al PSOE, lo que afecta a los gobiernos autonómicos socialistas, lo que provoca una crisis ideológica, lo que llena el discurso de contradicciones, lo que expulsa a sus simpatizantes de las urnas, lo que dispara las expectativas electorales del PP, lo que desata el desánimo de la militancia, lo que provoca la parálisis de sus dirigentes, lo que convierte la gestión en un suplicio diario..., lo que constata la encuesta del IESA. ¿Quién está trabajando para pillar al gorrión que anda dando saltitos por Andalucía?

No me interpreten mal. Todo esto no es más que una ficción aderezada con algunas metáforas, pero alguien debería llamar a un experto en Ciencias Políticas para resolver el problema. O mejor, siguiendo la metáfora, que venga el tío de la escopetilla antes de que las sedes del PSOE, como en la página de Internet del pajarillo, se llenen de mensajes de condolencia.

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