Lissavetzky promete eliminar la tasa de basuras si gana las elecciones

Se abre la veda de las promesas electorales. El candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Jaime Lissaveztky, aprovechó ayer la presentación de la candidatura para empezar a poner sus propuestas sobre la mesa. Si gana las elecciones municipales del 22 de mayo, Lissavetzky promete eliminar la tasa de basuras del Ayuntamiento, que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, recuperó en 2009. Las 300 personas que llenaron una sala del Círculo de Bellas Artes para asistir a la presentación jalearon el anuncio en pie y con aplausos.

Al tema de las basuras, que fue muy contestado en su día por los ciudadanos, se irán sumando otras propuestas. Por eso, como la precampaña es larga, Lissavetzky ha emplazado la explicación de cómo financiará el servicio sin necesidad de subir los impuestos hasta "los próximos días". Porque el de ayer era el día de las presentaciones, los abrazos y las buenas palabras, aunque con la ausencia de última hora de la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, que alegó "motivos personales" pese a haber anunciado su asistencia. El secretario general del PSM, Tomás Gómez, y el propio Lissavetzky, se cruzaron numerosos elogios, en un intento por alejar la polémica que ha envuelto al partido desde las pasadas primarias que enfrentaron al propio Gómez con Trinidad Jiménez y que dividieron a la formación.

La decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de no presentarse a las próximas elecciones generales de 2012 sobrevoló el acto: "Estamos más fuertes que nunca", porque Zapatero "nació de la democracia" y "deja una herencia de más democracia aún", dijo Gómez, pero los dos evitaron entrar en el debate de los sucesores.

A 50 días de la cita electoral, la precampaña impone sus formas y la aparición de ambos candidatos cogidos de la mano para presentarse ante los militantes fue la imagen de la reconciliación. "Este partido está muy unido y es imparable", afirmó el ex secretario de Estado para el Deporte."Sé que vas a ser el mejor alcalde de la historia de Madrid", dijo Gómez, que a su vez fue definido como "valiente e inteligente" por el candidato a la alcaldía. En medio de tantas buenas palabras, Lissavetzky se hizo al fin un lío cuando llegó a otro de los últimos puntos de fricción entre ambos: su lista electoral. "Estoy orgulloso de esta candidatura, que no es la mía, es la del PSOE y por tanto es la mía". Quiso cerrar así la polémica que se abrió entre ambos hace unas semanas cuando el líder del PSM confeccionó las listas al Ayuntamiento e incluyó una mayoría de nombres afines al líder del partido. Lissavetzky mostró entonces su malestar por controlar solo seis de los 18 primeros puestos.

Pero las críticas ayer solo tenían un objetivo: el PP. "Hemos hablado de la sucesión", advirtió Lissavetzky entre risas, "pero de la de Esperanza Aguirre y de Alberto Ruiz-Gallardón". El candidato a la alcaldía, miembro del comité federal en el que el sábado Zapatero hizo el anuncio, explicó después del acto que el presidente dejó el tema "muy clarito". "Nos pidió que aceptáramos su decisión, que nos centráramos en las elecciones del 22 de mayo y que el tema de la sucesión se hará por primarias", dijo. "Nuestra música ahora va de municipales y autonómicas, el resto genera ruido. Es un tema que no toca", añadió para zanjar el asunto de la sucesión.

En lo que sí se explayó Lissa-vetzky durante su discurso fue en algunas de las medidas que planea llevar a cabo si consigue el aval de los ciudadanos para gobernar la ciudad. En el plano económico, el candidato agradeció que "Zapatero no haya dejado endeudarse más a Gallardón". El alcalde, dijo, tiene un problema de "deudapatía que le hace gastar compulsivamente". Y aunque Lissavetzky considera que "los impuestos son necesarios", acusó a Gallardón de usar como "medicación el bolsillo de los madrileños". Por eso, también en los próximos días, el candidato presentará un plan financiero -en el que estará incluida la supresión de la tasa de basuras- para "solucionar" la situación de Madrid. Presentado bajo el lema de El alcalde de todos los barrios, Lissavetzky anunció que quiere hacer una "ciudad de ciudades" y relanzar el comercio en todas con la creación de una especie de "calle Mayor" que revitalice y ayude a "resucitar" cada barrio. Además, se comprometió a hacer los estudios de impacto ambiental de la M-30, después de que varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid anularan hace unos días varios tramos de la gran obra.

Poco antes, el candidato a la presidencia de la Comunidad explicó que su intención si llega a la Puerta del Sol es la de "poner ascensores sociales" para que las clases más bajas puedan "subir más rápido" y contrapuso sus 1.000 propuestas con las "tres conocidas" del PP: "Copago sanitario, privatización del agua y privatización de Telemadrid".

Los militantes recibieron en pie y con aplausos cada una de las frases de los socialistas. Para caldear el ambiente antes de sus intervenciones hablaron desde el estrado la concejal de Latina, Noelia Martínez, y la número dos de la candidatura a la alcaldía, Ruth Porta, y se pasaron dos vídeos de Lissavetzky que ya llevan unas semanas en Internet con sus amigos como protagonistas: uno en el que explican cómo es el candidato y otro para enseñar a deletrear su apellido.

Los simpatizantes recibieron el encargo de no hacer "caso" a las encuestas -que dan una amplia victoria al PP en la región y en la capital-, porque, según Gómez, "la mayoría de los madrileños quiere el cambio en Madrid". Al final se fueron como llegaron, al grito de "presidente, presidente" y "alcalde, alcalde".