Una candidatura parida con mucho dolor
La candidatura al Ayuntamiento que el PSM presentó ayer entre sonrisas ha costado lágrimas, disgustos y acusaciones cruzadas entre los dos sectores en los que está dividido ahora el grupo socialista en el Consistorio: los que apoyaron a Trinidad Jiménez y los que se decantaron por Tomás Gómez en las primarias del pasado octubre. La tensión entre una y otra parte ha sido evidente en los últimos meses.
La victoria del actual secretario general del partido en las primarias tampoco benefició a Jaime Lissavetzky, que no tuvo contrincantes para llevarse la candidatura al Ayuntamiento pero que apoyó a la actual ministra de Exteriores. Y cuando la ejecutiva federal del PSM, controlada por Gómez, tuvo que confeccionar la lista para la capital no se olvidó de lo ocurrido. Primero, mantuvo a todos los concejales que fueron leales a Gómez en las primarias (Noelia Martínez, Carmen Sánchez Carazo, Ana de Sande, Pablo García Rojo, Gabriel Calles y Dolores del Campo). Y luego pasó factura a los que se pusieron del lado de Trinidad Jiménez: Óscar Iglesias, Pedro Santín, Ángeles Álvarez, Daniel Viondi, Almudena Fernández y Ramón Silva. Solo se salvaron Pedro Zerolo y Manuel García-Hierro. El portavoz del grupo socialista, David Lucas, que también había apoyado a Jiménez, aceptó la salida que le propuso el partido para ser el candidato en Móstoles. En palabras de uno de los concejales afines a la ahora ministra, "hubo una limpia como no se recuerda".
Lissavetzky pudo elegir directamente a Ruth Porta (número 2) y a su hombre de confianza, Marcos Sanz (número 8) y se quejó de que solo iba a controlar a seis de los 18 primeros nombres de la lista. Un intento del sector crítico de convocar un acto contra Tomás Gómez a mediados de febrero tuvo que ser parado desde Ferraz para no ahondar en la pésima imagen que estaban dando los socialistas madrileños. Finalmente, Gómez y Lissavetzky firmaron una entente cordiale que sirvió para que el candidato al Ayuntamiento colocara dos nombres más en la lista (la editora Ana García D'Atri y el arquitecto Luis Moya) y Santín e Iglesias pasaran a la candidatura para la Asamblea.
Lissavetzky ya ha escenificado, al menos de cara a los medios, su acercamiento a Gómez ("te mereces ser presidente porque has peleado", le dijo hace dos domingos). Con la campaña electoral a la vuelta de la esquina, los dos candidatos han aparcado cualquier atisbo de polémica entre ellos. Habrá que ver lo que sucede tras los comicios.