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Fabra se compromete a dar los contratos de Gürtel a la oposición

El presidente recibirá a las familias de las víctimas del metro - Blasco deberá negociar los borradores de las leyes - PSPV, EU y Compromís exigen hechos

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se alejó ayer todo cuanto pudo del oscurantismo y el sectarismo de su predecesor, Francisco Camps, que dimitió a finales de julio por los escándalos de Gürtel. Apenas un mes después de tomar posesión de su cargo, Fabra recibió, uno por uno, a todos los portavoces parlamentarios en su despacho del Palau de la Generalitat para anunciarles su disposición a recuperar la normalidad democrática para salir de la grave crisis económica y politica en la que está sumida la Comunidad.

El jefe del Consell comunicó a Jorge Alarte (PSPV-PSOE), Enric Morera (Compromís) y Marga Sanz (Esquerra Unida) "que tienen las puertas abiertas para poder mirar cualquier expediente". "Es la imagen que queremos dar, transparencia y nada que ocultar", sentenció el presidente de la Generalitat. Fabra aseguró que en los próximos días la oposición "sabrá cuándo, dónde y cómo tienen acceso a los expedientes que consideren necesarios para poder garantizar ante los ciudadanos una Administración transparente y accesible".

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La decisión del presidente de la Generalitat causó estupor en el portavoz parlamentario del PP, Rafael Blasco, que se vio obligado a salir por la tangente ante los periodistas: "No sé en qué términos ha hecho ese pronunciamiento, pero cualquier propuesta del presidente es una excelente decisión. Estamos en una etapa nueva". Blasco salió de la reunión con el mandato del presidente de intentar llegar a acuerdos con los grupos parlamentarios de la oposición en "los borradores" de las leyes y no sobre el texto ya cocinado, como ha sucedido hasta ahora.

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Fabra respondió tras los encuentros a todas las preguntas de los periodistas, anunció que se reunirá este mes con los familiares de las víctimas del accidente de metro que nunca atendió su antecesor, y asumió distintos compromisos políticos. Cuando se le preguntó sobre cuestiones que desconocía evitó meterse en charcos, como al ser preguntado sobre si el Consell retirará el recurso contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que obliga a facilitar a la oposición los contratos relacionados con la trama Gürtel. "No entro en cuestiones legales. Los grupos tendrán acceso a los expedientes según marque la ley".

La oposición agradeció las formas de Fabra pero, recelosa, le advirtió de que tiene que acompañar sus palabras de hechos.El presidente de la Generalitat tuvo que lidiar ayer con la desconfianza de la oposición, en especial con la del líder socialista Jorge Alarte, que considera que la situación política y económica es "de gravedad" y no está para florituras tras más de dos años y medio sin Gobierno en la Generalitat.

"Urge que gobierne", explicó Alarte, tras recordar que los proveedores sanitarios amenazan con el desabastecimiento y que las cuentas de la Generalitat están en una situación "dramática". "Además de sesiones fotográficas queremos propuestas", sentenció el portavoz socialista, que aseguró: "Nada ha cambiado en este mes y medio, y si algo lo ha hecho ha sido a peor en términos económicos".

La reunión entre Fabra y Alarte, en presencia de la vicepresidenta Paula Sánchez de León que será quién lleve los contactos con los portavoces y que ayer estuvo presente en todos los encuentros tomando nota de las reivindicaciones aunque evitando intervenir, fue afable. Alarte evitó enredarse en los temas clásicos del PP: financiación, infraestructuras y trasvases. En estos temas le dijo al jefe del Consell que en todo estaba de acuerdo y, tras pedirle que instase a Mariano Rajoy a declarar prioritario el corredor mediterráneo, Alarte le reclamó cosas concretas. La más importante que desvíe 2.000 de los 2.375 millones de euros de las fundaciones y empresas públicas a pagar la deuda con los proveedores. Pero también le solicitó al jefe del Consell que amplíe la renta básica de ciudadanía a 40.000 familias valencianas, que no cobran subsidios y están al borde de la exclusión social, y que no aumente las tasas e implante impuestos progresivos. También le insistió el socialista al popular para que deje ya las buenas palabras y "ponga todos los contratos solicitados en manos de las Cortes".

El resto de las peticiones para luchar contra la crisis económica y generar empleo Alarte las dejó por escrito. "Estoy esperando hechos y acciones concretas", sentenció Alarte, que afirmó que no había visto mucha diferencia entre las palabras que pronunciaba Camps y las de Fabra. "Los hechos de Camps ya los conocemos, ahora hay que esperar los de Fabra", remachó, que se quejó de que no se hubiese puesto encima de la mesa ningún calendario ni propuesta concreta para discutir.

El presidente de la Generalitat, pese al recelo del portavoz socialita, no perdió en ningún momento su carácter conciliador. "Alguno ha buscado su minuto de gloria, pero yo me quedo con la búsqueda del consenso", dijo el presidente que ironizó: "El clima de las entrevistas ha sido bueno, lo que me han trasladado, no tanto. Pero paso página y me centro en el ofrecimiento que hemos hecho".

Alberto Fabra insistió en la necesidad de abrir el diálogo con la oposición en diez áreas concretas: empleo, financiación, territorio, infraestructuras, sistema educativo, políticas sociales, política hídrica, seguridad ciudadana y transparencia.

En esta última cuestión, la más reclamada por todos los grupos, pidió a la oposición que al acceder a los expedientes actúe con responsabilidad para "no poner en juego la credibilidad de la institución".

El jefe del Consell anunció también que en el borrador del decreto ley que prepara para redimensionar el sector público se reducirá un 20% el gasto de estas empresas y fundaciones públicas, lo que supondrá un ahorro de 400 millones de euros anuales.

En su alocución, Alberto Fabra no ocultó la difícil situación económica de la Generalitat, aunque descartó el copago sanitario. Sin embargo, insistió en que solicitará la colaboración del Gobierno central, al que reclama una deuda histórica de 7.300 millones por la infradotación del anterior sistema de financiación autonómica.

El responsable de la Generalitat también explicó que solicitará la colaboración del Banco de España para colocar las emisiones de deuda autonómica, de la misma manera que el Banco Central Europeo ha ayudado al Estado.

En materia de educación, el presidente también se mostró conciliador. Fabra anunció que no aumentará la docencia a maestros y profesores, tal y como han hecho María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha y Esperanza Aguirre en Madrid, y reiteró que el consejero de Educación, José Ciscar, tiene encomendada la búsqueda de acuerdos. El titular del Palau de la Generalitat no ocultó que atajar el fracaso escolar es una de sus principales prioridades. Fabra insistió en que es necesario que los jóvenes valencianos terminen sus estudios con suficiente conocimiento del inglés, valenciano y castellano, pero se mostró dispuesto a conversar sobre cómo alcanzar este objetivo.

Respecto a Ràdio Televisió Valenciana, el inquilino del Palau de la Generalitat prometió que presentará en breve un nuevo proyecto de ley para discutir con la oposición, con un modelo similar al que ya se ha pactado en otras partes del Estado. "Queremos consensuar un modelo similar a otros que ya hay en España", indicó.

"Todo es revisable para intentar buscar el consenso, sabiendo a donde tenemos que ir", explicó el presidente, que fijó un plazo de 10 días para que la vicepresidenta Paula Sánchez de León se ponga de acuerdo con los portavoces de la oposición y acuerde un calendario para articular el regreso a la normalidad parlamentaria.

Fabra y el décalogo

El presidente de la Generalitat propuso ayer un decálogo de grandes temas en los que espera llegar a algún tipo de acuerdo con los partidos de la oposición. Estos son sus propuestas.

- Empleo y competitividad. El jefe del Consell quiere contar con los partidos de oposición para alcanzar un nuevo pacto por el empleo con los agentes sociales y revisar la estrategia de la política industrial

- Financiación autonómica. Fabra pide apoyo para reclamar una financiación autonómica justa, que ya se reivindica en la reforma del Estatut que aprobaron PP y PSPV en las Cortes Valencianas, y a la que ahora se han añadido 7.300 millones de deuda histórica.

- Territorio. La pretensión es pactar una nueva legislación urbanística que ponga fin a las reticencias de la Unión Europea y ofrezca condiciones atractivas a los inversores extranjeros. Fabra también quiere negociar un plan de residuos para evitar los conflictos con los municipios.

- Infraestructuras. Ya tiene el acuerdo básico sobre el corredor mediterráneo, pero Fabra quiere rebajar las críticas sobre el aeropuerto de Castellón y que el Gobierno cumpla con el plan de Cercanías

- RTVV y sector público. El jefe del Consell propondrá en breve una nueva ley para definir el modelo actual de Canal 9, que está en quiebra. Además, busca apoyos para la reforma de la Administración que tiene que acometer

- Educación. Alberto Fabra quiere "unanimidad" para luchar contra el fracaso escolar, que es de los más altos de España. El presidente quiere fijar también "criterios comunes" para implantar el inglés en el modelo educativo valenciano.

- Políticas sociales. Sobre el rechazo conjunto al copago sanitario, el jefe del Consell busca apoyos para los recortes de gasto que tendrá que imponer para salvar la calidad de los servicios.

- Trasvases. Fabra reclama "ir de la mano" con la oposición para "reivindicar un consenso en la planificación hidrológica nacional" sin renunciar a los trasvases.

- Seguridad. Pide apoyo para incrementar el número de agentes policiales en la Comunidad Valenciana.

- Participación ciudadana. Se trata de que la oposición acceda a los contratos que solicite para demostrar que ha acabado la opacidad

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