"Si no se frena el contagio, la situación será muy grave"
Una acción política urgente de los líderes de la zona euro para evitar que el Titanic se hunda. Eso piden los analistas de la OCDE. Su economista jefe, el italiano Pier Carlo Padoan, un hombre templado y cercano al ex primer ministro Massimo D'Alema, alerta de que Europa "está a tiempo de salvar al mundo de una profunda depresión, pero solo a condición de poner todos los recursos sobre la mesa".
Pregunta. El informe reclama por primera vez la intervención del BCE. ¿Por qué?
Respuesta. Nuestro mensaje es que hay que actuar rápido para evitar el contagio de la crisis porque la economía global se ha parado y la zona euro ha entrado en una recesión leve, pero sobre todo porque hay un riesgo no pequeño de que, si no se actúa, la situación empeore y vayamos hacia una fuerte depresión en toda la OCDE. Si no se frenan los contagios, las consecuencias serán muy graves, y hace falta dar respuestas creíbles y poner todos los recursos para decirle al mercado que se va a intervenir, que se va a hacer un esfuerzo para impedir que los spreads (diferenciales con la deuda alemana, de referencia) sigan subiendo en lo que sería un círculo vicioso muy grave. En ese sentido, el BCE es fundamental.
"La falta de reacción política ha contribuido a esta situación"
P. El sustrato es que los líderes políticos están gestionando pésimamente la situación.
R. A ellos no les gusta oírlo, pero es que en Europa y EE UU la política ha ido todo el tiempo por detrás de los acontecimientos. En EE UU vemos también un punto muerto político que si no se resuelve impedirá el crecimiento. A los líderes europeos no les gusta saber que han actuado con retraso, pero es un hecho que la falta de reacción política ha contribuido a esta situación.
P. Y si no actúan, ustedes pronostican un escenario dantesco...
R. El peor escenario sería un default (impago) soberano incontrolado, o una crisis del sistema bancario que está bajo fuerte presión. Hemos hecho las cuentas y probablemente asistiríamos a una recesión del 3%, un contagio recesivo en EE UU y un freno de los países emergentes, con fuertes aumentos del desempleo.
P. ¿Por qué no alertaron antes de ese peligro?
R. Empezamos a decirlo en septiembre, y antes del G-20 de Cannes el secretario general anticipó los graves riesgos que enfrentamos. En nuestros contactos bilaterales con las autoridades europeas también hemos dicho que hacía falta hacer más.
P. Sobre España, ¿su futuro no depende del todo de lo que haga?
R. Ha hecho ya un esfuerzo de ajuste fiscal y consolidación de las cuentas, tanto en el Gobierno central como en las instituciones locales, y hemos detectado que tiene un margen de mejora si utiliza mejor el IVA. Eso aceleraría la consolidación, con ventajas para su nota crediticia y beneficios financieros. La impresión es que está lentamente saliendo del momento peor, pero por desgracia se resiente de la recaída de la zona euro.
P. ¿La crisis es tan grave como la de 1929?
R. La situación es muy grave. Algunos pensaban que se acabó el pasado año, pero ahora estamos en una nueva fase todavía más complicada. Debemos mirar atrás para darnos cuenta sobre todo de que hay que actuar deprisa.
P. ¿Se salvará el euro?
R. Dependerá de si se toman medidas para frenar el contagio, pero me gustaría acabar con una nota de optimismo. Si se deciden acciones eficaces en el área euro y en los Estados miembros, esa combinación nos sacará de la crisis. Y no solo evitaría la recesión sino que emprenderíamos de forma rápida la senda del crecimiento.
