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La crisis del euro

La banca alemana necesita el doble del capital previsto

La EBA ratifica que las entidades españolas requieren 26.170 millones

Manuel V. Gómez

Ya se sabe definitivamente cuánto capital tendrán que captar los bancos europeos: 114.685 millones de euros. La cantidad publicada ayer por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) es mayor de la calculada en octubre: 106.447 millones. A grandes rasgos estos números ratifican los conocidos hace mes y medio. El aumento se debe básicamente a que la EBA ha detectado que las entidades alemanas necesitan más del doble del capital previsto: 13.107 millones y no 5.184.

Y como hay pocos cambios, el sector financiero español vuelve a salir muy desfavorecido en la foto final. Las cinco grandes entidades (solo se analizaban los bancos sistémicos) necesitan sobre el papel (aunque no en la realidad) 26.171 millones, 10 más que en octubre. Para la EBA, solo las entidades griegas, las que viven en el ojo del huracán de la deuda soberana, necesitan más dinero para alcanzar el 9% de capital de máxima calidad (core tier 1).

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El resultado disgustó al sector financiero alemán. Su patronal -cuya voz no se escuchó con igual fuerza tras el balance preliminar de octubre- atacó a la EBA, de la que dijo que ha perdido credibilidad. Las reticencias de la banca alemana, muy expuesta a los bonos de países afectados por la crisis de deuda como Grecia o Italia, a que se conozcan sus vergüenzas no son nuevas. En las pruebas que se realizaron el pasado verano, el banco regional Helaba impidió que se publicasen sus datos cuando era un secreto a voces su suspenso. Según los datos publicados ayer, esta entidad necesita captar 1.497 millones.

Este último examen a la banca europea es, en realidad, la revisión con los datos de cierre del tercer trimestre del examen preliminar que ya se hizo al sector en octubre. Entonces crecían las dudas sobre la fiabilidad de las exhaustivas pruebas de resistencia que se habían hecho en julio. El FMI había calculado en agosto que los bancos del Viejo Continente necesitaban poco más de 200.000 millones de euros. La caída del francobelga Dexia a finales de septiembre obligó a los líderes europeos a torcer el brazo y admitir que la banca tenía que aumentar capital. Así que para calcularlo modificaron los criterios seguidos hasta el momento: básicamente ahora se mide a precio de mercado toda la cartera de deuda soberana en los balances de los bancos, no solo la que esté en la cartera de negociación cotidiana.

Que la banca española salga peor que la europea tiene mucho que ver con ese cambio de criterio acordado en octubre. El Gobierno no logró entonces que los 9.500 millones en obligaciones convertibles que acumulan el Banco Santander, el Banco Popular y Caixabank computasen como capital al calcular las necesidades, aunque sí lo harán, en su mayor parte, para la foto final.

Aunque la suma final a captar por las cinco entidades españolas sea la misma, ha habido cambios entre las entidades. Las exigencias teóricas, que no reales, han crecido hasta los 15.302 millones para el Banco Santander, 332 más. El grupo presidido por Emilio Botín es el que necesita más dinero entre aquellos de los que se conocen los datos (la EBA no ha detallado individualmente lo que precisan los bancos griegos), pero ya cuenta con 8.500 millones en bonos convertibles que reducen la cifra a 6.800 millones. Con respecto al dato preliminar, también crecen las exigencias para Bankia, Banco Popular y Caixabank. En cambio, las de BBVA (6.329 millones) se reducen.

El sector tiene hasta junio para alcanzar un core tier 1 del 9%. En el caso español, se hará sin muchos traumas, ya que los bancos tienen parte de los deberes hechos. Por ejemplo, el Santander, además de los bonos convertibles, ha realizado varias operaciones por más de 4.000 millones (las últimas, la venta de su filial en Colombia y parte de la chilena) y el BBVA ha lanzado un canje de preferentes por acciones por 3.475 millones.

Falta por ver ahora que este nuevo striptease de la banca sirva para calmar las dudas que hay en torno a ella. Las pruebas de verano de 2010 y 2011 quedaron en nada tras la caída de la banca irlandesa en bloque y de Dexia, respectivamente. Pero para muestra un botón: el cálculo de la EBA se queda corto respecto al de agosto del FMI. Y es que además de la deuda soberana todavía hay sombras sobre lo que encierran los balances de la banca europea en CDO de hipotecas subprime o hasta dónde subirá la morosidad en un país tan golpeado por la crisis como España.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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