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España entra en el foro que reformará el sector financiero

Barroso replica a Obama que la UE gasta más contra la crisis

Un escueto comunicado dio cuenta de una decisión crucial para la diplomacia española: el Foro de Estabilidad Financiera, el órgano técnico en el que se cocinan las nuevas normas que regirán las finanzas mundiales, acordó ayer en Londres ampliar su nómina de socios. La expansión permite a España incorporarse a una institución a la que el G-20 ha otorgado un papel protagonista para reformar el sector, epicentro de la crisis económica.

La ampliación del Foro de Estabilidad Financiera fue uno de los compromisos de los mandatarios de países avanzados y emergentes en la cumbre de Washington, en noviembre pasado. Y es uno de los pocos que se habrá cumplido cuando el G-20 vuelva a reunirse en Londres, el 2 de abril. El Gobierno español también podrá decir que ha logrado su meta, meter la cabeza en el órgano decisivo para diseñar el nuevo sistema de regulación y supervisión.

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El envite no era fácil. El acuerdo de Washington justificaba la ampliación del Foro en la necesidad de dar cabida a los países emergentes del G-20 que aún no eran socios. Una redacción que dejaba en terreno de nadie a España, que había llegado a la cita de la capital estadounidense gracias a que Francia le cedió una silla.

La invitación a Londres blindaba ya la presencia de España en el grupo de países que encabeza el esfuerzo internacional contra la crisis. Pero la incorporación al Foro, además de consolidar esa presencia, da al Gobierno español capacidad de influencia sobre el diseño de las medidas que luego pasan por el refrendo político.

Vía alternativa

La propia redacción del comunicado del Foro da fe de la peculiar vía recorrida por el Gobierno español. Tras detallar que se invita como nuevos miembros a los 11 países emergentes del G-20 que no estaban en el Foro, se añade: "España y la Comisión Europea también se convertirán en miembros del Foro".

El cumplimiento de este objetivo es un espejismo en los trabajos del G-20. No sólo es que haya muchas iniciativas sin concretar, es que el debate sobre cuál debe ser la prioridad en Londres se encona cada vez más. El presidente de EE UU, Barack Obama, optó el miércoles por encabezar el bando de los que urgen a aprobar nuevos paquetes fiscales. La canciller de Alemania, Angela Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, asumieron ayer el liderazgo de los que exigen cambiar ya las normas del sector financiero.

"Europa ya ha invertido mucho en la recuperación y ahora ya no se trata de gastar todavía más dinero, sino de la puesta en marcha de un sistema regulatorio que evite que la actual catástrofe económica no vuelva a suceder", replicó Sarkozy a Obama.

La Comisión Europea tampoco encajó bien que Obama afeara a otros países avanzados que no han hecho lo necesario. "El esfuerzo que Europa está haciendo en términos de red social frente a la crisis es muy superior al que están haciendo nuestros amigos norteamericanos", argumentó el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso.

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