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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Deshojando la margarita...

¿Irá el juez Gómez Bermúdez a la presentación del libro de su esposa?

A las 19,30 horas comienza en el Círculo de Bellas Artes el acto de presentación de La soledad del juzgador, el libro de la periodista Elisa Beni sobre las tribulaciones de su esposo, el juez Javier Gómez Bermúdez, presidente y ponente del tribunal del 11-M. Esta mañana las dos preguntas que retumbaban en algunos despachos de la Audiencia Nacional, en la cual Gómez Bermúdez es presidente de la Sala de lo Penal, eran las siguientes: ¿irá el personaje- protagonista del libro, esto es Gómez Bermúdez, al acto de esta tarde? Y, en caso afirmativo, ¿qué va a decir?

En la Audiencia Nacional se advertía hoy, como días atrás, escasa disposición por parte de magistrados y fiscales a hacerse presente en el acto. Otro de los jueces del tribunal, Alfonso Guevara, ya manifestó por carta manuscrita a Gómez Bermúdez que no acudirá por considerar el libro de su esposa un acto de deslealtad personal y profesional.

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Y el tercer magistrado, Fernando García Nicolás, ¿qué hará? Al decir la semana pasada que la sentencia dictada sobre el 11-M no es firme, García Nicolás dijo una perogrullada. Pero quizá fuese una excusa anticipada: pendiente la sentencia de los recursos ante el Tribunal Supremo no parece apropiado participar en un acto donde bajo la fórmula de un libro se ventilan asuntos del juicio oral. Las apuestas que se cruzan son mayoritarias a favor de que tampoco García Nicolás estará en el acto.

Ni entre los magistrados de sala de la Audiencia Nacional (la Sala de lo Penal, de la que Gómez Bermúdez es presidente desde 2004) ni entre los jueces de instrucción (son seis de otros tantos juzgados centrales de instrucción) se ha podido detectar ánimo de asistir al evento. Este plantón, de confirmarse, convertiría el título del libro en una realidad.

La segunda pregunta se refiere a si acudirá Gómez Bermúdez al acto y en caso de que así sea qué puede decir. Con toda la que está cayendo, tiene que estar presente junto a su mujer. ¿Cómo dejarla sola?

Si bien no es verdad que el presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar, se reuniera con Gómez Bermúdez la semana pasada para expresarle su indignación (ver EL PAÍS de ayer domingo), cierto es que Dívar, como la Audiencia Nacional en pleno, estiman en privado que la iniciativa del libro casi simultáneamente con la sentencia del 11-M es una de las operaciones más censurables de todas cuantas han podido ocurrir en el ámbito judicial. Dívar es un hombre muy discreto. No hará público su malestar. Fue él quien también discretamente dio apoyo a Gómez Bermúdez en sus momentos de gran necesidad durante los últimos tres años, cuenta habida de la anulación de su nombramiento como presidente de la Sala de lo Penal en dos ocasiones y del enfrentamiento interno entre magistrados.

Esta mañana Gómez Bermúdez mantuvo una reunión con Dívar. Esta vez se han visto. Fuentes jurídicas están al corriente de que Dívar está intentando minimizar los daños sobre la vida interior de la Audiencia Nacional.

¿Cómo? A Gómez Bermúdez, escribe su esposa, Elisa Beni, en el libro no le duelen prendas en reconocer una situación cuando percibe que puede haber cometido un error. Lo hizo durante el juicio del 11-M. Quizá ahora, para enfriar el partido, el juez ha pensado, tomando en cuenta algunas recomendaciones, hacer un gesto.

¿Lo hará Gómez Bermúdez hoy caso de presentarse en el acto? Es decir: va el juez a admitir que ante la percepción generalizada quizá no haya valorado en sus justos términos las consecuencias de este libro. Y que ha podido, sin quererlo, cometer un error.

Hasta el momento, el juez ha sostenido que la decisión ha sido de su esposa y que él no ha podido interferir o disuadirla por una cuestión de personalidad.

¿Pero no es más cierto lo que suele ponerse en los agradecimientos una vez que comienza o acaba un libro, a saber, aquello de que sin la colaboración del juez este libro no hubiera sido posible?

Continuará

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